Vulnerabilidad
CualquierCualquier declaración que haga un miembro del Gobierno, da igual que sea socialista, sanchista o comunista, lleva incorporada la palabra vulnerable. Es un mantra que se repite en las entrevistas, en las redes sociales y en las intervenciones parlamentarias. «No vamos a ser débiles con los más fuertes ni más fuertes con los más débiles. Atender la situación de las personas más vulnerables es un desafío que no puede esperar», no dejan de reiterar.
Ley o Decreto que se aprueba y contrato que se adjudica, entre sus objetivos está atender a los colectivos vulnerables, familias vulnerables y personas vulnerables. Da igual si es la ley educativa, la trans, la del «solo si es sí», cambio climático o Memoria Democrática, todas van vestidas de vulnerabilidad. Luego te machacan a
Estamos en un pozo sin fondo. Todos acabaremos vestidos de vulnerables
impuestos, cargas fiscales y tasas, sector vulnerable incluido, para atender a la población vulnerable, aumentando así la población vulnerable. Han convertido la vulnerabilidad en una indumentaria. En ese bucle estamos, en ese pozo sin fondo en el que todos acabaremos vestidos de vulnerables.
Bajo este mantra de la vulnerabilidad, el Gobierno nos presenta la Ley de presupuestos Generales del Estado como el antídoto contra la desigualdad. Subir las pensiones no contributivas un 15% solo a los pensionistas vascos y navarros se llama igualdad. Lo de dar 250.000 euros para la promoción de los circos en euskera y un millón de euros para que las radios vascas emitan en euskera, no me cabe la menor duda de que se hace en aras de la vulnerabilidad, porque es bien sabido que, a uno le hace más vulnerable no hablar euskera que no poder hacer la cesta de la compra o encender la calefacción. Los Presupuestos, con la sedición incluida, son el fiel reflejo de quién es el fuerte y quién el vulnerable.