«Mujer de...»
¿En¿En qué momento preciso empezaron a faltarse profundamente al respeto los políticos? La que te escribe ya ni lo recuerda, de tanto populismo que se nos ha colado en el Hemiciclo en esta era de la crispación global. ¿Para cuándo una reflexión colectiva y una disculpa a los ciudadanos?
Estoy indignada. Cada semana, nos vemos obligados a asistir a escenas bochornosas, a bajezas e insultos de todo tipo entre sus señorías. Deberían quitarles, a quienes basan sus intervenciones en el ataque personal, la oportunidad de regresar al Congreso mientras sigan con esas maneras. Los españoles hemos llegado a colocar a los partidos políticos y a los sindicatos en todos los sondeos, también en el CIS, como las instituciones en las que menos confiamos, pero se ve que a algunos no solo no les afecta, sino que basan sus discursos en el espectáculo zafio, a ver si salen en los titulares.
Lo último que ha tenido que escuchar la ministra Irene Montero, de Podemos, desde la bancada del antagónico VOX, es una más de tantas barbaridades televisadas con el agravante de que, esta vez, ha sido una mujer la que le ha lanzado a otra el comentario machista de turno. Flaco favor se ha hecho a sí misma. Resultan repulsivas las declaraciones de la diputada Carla Toscano del mismo modo que, en el pasado, lo fueron comentarios similares del exdirigente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, sobre la entonces alcaldesa madrileña del PP, Ana Botella. Hace bien en recalcarlo Santiago Abascal, siempre que sea consciente de que el argumentario del extremismo, a la izquierda y también a la derecha, entre los suyos, nada positivo aporta a este país, solo odio.
Ahora le ha tocado a Irene Montero sentirlo en carne propia. Pero antes de eso, otras y otros han sufrido ese tipo de acoso por parte de simpatizantes de VOX o de Unidas Podemos en la política, en el periodismo, en las redes sociales.
Lamentablemente, el circo de esta semana en el Congreso a cuenta de la ofensa machista, de ser «la mujer de» y del victimismo que, de paso, todo eso ha generado, opaca lo realmente importante: salen adelante los terceros presupuestos de Pedro Sánchez gracias a una serie de cesiones inéditas al nacionalismo y al independentismo. Más elocuente no ha podido resultar el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, subrayando con ironía que este Ejecutivo de dos almas se mantiene «gracias a los que quieren marcharse de España». Y es verdad: gracias a esos mismos que, entre otras cosas, han logrado echar a la Guardia Civil de Tráfico de Navarra y se han convertido de la noche a la mañana en «socios preferentes», a cambio de un puñado de votos… que duelen.