Récord de inmigración en Reino Unido tras el Brexit
► La migración neta alcanza un máximo de 504.000 personas, a pesar de la caída de los comunitarios en la isla
El mantra de la campaña pro Brexit fue el de recuperar el control de las fronteras para reducir el número de extranjeros. Sin embargo, la migración neta en el Reino Unido ha alcanzado un récord de 504.000, superando con creces los niveles registrados antes de la salida del bloque. Los datos publicados ayer por la Oficina Nacional de Estadística revelan que la diferencia entre las personas que entraron en el país y las que salieron supera el anterior récord de 336.000 registrado en 2015 (año previo al histórico referéndum sobre la permanencia en la UE) y es más del doble respecto a los doce meses previos a junio de 2021 (239.000).
El aumento está impulsado por las personas que llegaron legalmente desde fuera de la UE y la reanudación de los viajes posteriores a la pandemia. Los programas de acogida de refugiados afganos y ucranianos y las visas especiales que se han ofrecido a los ciudadanos de Hong Kong son también factores clave.
En cualquier caso, las cifras ponen aún más presión sobre el Gobierno conservador cuyo manifiesto en las elecciones generales de 2019 prometía ofrecer «un sistema basado en puntos al estilo australiano para controlar la inmigración». «Habrá menos inmigrantes menos cualificados y las cifras generales disminuirán. Nos aseguraremos de que los británicos siempre tengan el control», rezaba el texto.
Sin embargo, la realidad es que el número de comunitarios se ha reducido (51.000), ha aumentado el número de extracomunitarios, pero el país -ya en recesión- se enfrenta a un grave problema de falta de mano de obra que está afectando a su productividad.
La inmigración aparece regularmente en las encuestas como una de las prioridades más importantes para los votantes. El «premier» Rishi Sunak rechazaba esta misma semana las demandas de la Confederación de la Industria Británica (CBI, en inglés) para relajar la normativa para poder cubrir las vacantes del mercado laboral.
El líder tory subrayó que su prioridad es «combatir la inmigración ilegal», aludiendo a la grave crisis del Canal de la Mancha. Pero lo cierto es que las solicitudes de asilo, incluidas las de aquellos que llegaron en pequeñas embarcaciones, fueron de 73.000, una cifra que subraya que estos inmigrantes representan una proporción muy pequeña de todos los que llegan al país de manera legal, ya sea para trabajar o estudiar. Según las cifras oficiales, las visas de estudiantes en los doce meses anteriores a junio de este año fueron 277.000, lo que prácticamente duplica las registradas el año anterior.
Cuando el Partido Conservador llegó al poder de la mano de David Cameron en 2010 se propuso reducir la inmigración neta por debajo de los 100.000. No se consiguió. Tampoco Theresa May fue capaz de lograrlo. En su momento, Boris Johnson - «rockstar» del Brexit- lo descartó limitándose a decir que reduciría el nivel y garantizaría que las empresas tuvieran acceso a las habilidades que necesitaban. Ahora Rishi Sunak asegura que quiere reducir los niveles generales de inmigración. «Hay algunas circunstancias únicas y sin precedentes que están teniendo un impacto significativo en estas estadísticas. El primer ministro ha dicho que quiere que se reduzca la migración neta, pero no ha fijado un plazo específico para eso», matizó ayer un portavoz oficial de Downing Street.