«Mundo extraño»: el Apocalipsis puede esperar
El clan de los Clade es el más importante entre los exploradores de Avalonia, una especie de mundo alternativo suspendido en el tiempo en el que no hay aparatos eléctricos. Jaeger y Searcher, padre e hijo, dan con una fuente de energía infinita y renovable, pero el primero acaba perdiéndose el descubrimiento por sus ansias de explorar y desaparece.
Este es el triste punto de partida de «Mundo extraño», la entretenida apuesta de animación de Disney para esta Navidad y que, en igual de curioso despliegue, nos presenta al primer personaje abierta y explícitamente homosexual de la factoría Disney. Ya no se trata de gestos escondidos o momentos eliminables del metraje metraje final para poder estrenar la película en Arabia Saudí, sino que el hijo de Jaeger, el introvertido Ethan, es un joven gay sin más efecto sobre la trama que el del atontamiento adolescente: «Ya era hora. Y quizá quede mejor decir que lo tuvimos que pelear, o que hubo muchas discusiones con el estudio, pero no escierto.Estuvierondeacuerdo desde el primer momento porque entendían, como nosotros, que la película debía ser un reflejo del mundo en el que vivimos, en el que hay personas de distintas inclinaciones sexuales», explica convencido Don Hall, codirector junto a Qui Nguyen, a LA RAZÓN. Y así da cuenta, también, del carácter peleón e idealista de una película que, más allá de lo anecdótico, bien podría convertirse en un primer acercamiento del problema del cambio climático a los más pequeños: la fuente de energía que da sentido a la trama, en realidad, es tóxica con el propio planeta.