Canadá, diez sistemas educativos distintos y a la cabeza en PISA
¿Es posible tener diez sistemas educativos en un país, distintos sistemas de selección del profesorado, diferentes formas de acceder a la universidad y estar entre los mejores países de la OCDE en rendimiento de los alumnos? La respuesta es sí, por muy extraño que esto pueda resultar en España. Es el caso de Canadá. En este país federal, cada provincia tiene competencias propias en materia educativa, mayores incluso que las de cualquier autonomía española. Y ciertamente, hay diferencias entre unas y otras cuando se evalúa lo que aprenden los alumnos. De hecho, hay dos fuentes de datos comparativos de rendimiento de los alumnos: el PCAP, el propio sistema canadiense de evaluación, que examina de forma aleatoria a los alumnos de 8º curso de cada provincia (13 años) y el Programa Internacional de Evaluación de Alumnos de la OCDE, el famoso PISA, que valora lo que saben los alumnos a los 15 años. Ambos programas analizan el rendimiento de los estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias cada tres años y coinciden coinciden en los resultados. El rendimiento de Quebec en matemáticas no solo es el mejor de Canadá, sino que está entre los mejores del mundo. Lo mismo ocurre con Alberta en ciencias, y con Alberta y Ontario en lectura. Y aunque Manitoba tiene las puntuaciones más bajas en matemáticas, cuatro grandes provincias, que matriculan al 86% del estudiantado, encumbran al país norteamericano hasta los puestos más altos del ranking de PISA arrojando un resultado global del país supera a países de la UE, como Italia y España.
Pascale Lefrancois, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Estudios de la Universidad de Montreal, cree que una de las claves de que esto sea así es que «tenemos un buen sistema de formación de nuestros profesores, en general. En Canadá siempre miramos a los países del norte de Europa porque son un referente en materia educativa, como Finlandia. Creo que esa puede ser una explicación». También cree que otro factor que explica explica el éxito del sistema es la educación en competencias, de tal manera que el alumno sepa aplicar lo que aprende. «Hay quien piensa que si trabajamos con competencias no desarrollamos conocimientos, pero eso no es verdad, porque sin conocimientos no hay competencias». Y a esto añade que «tratamos de adaptar el método pedagógico al alumno que tenemos». Philip Oreopoulos, profesor de Economía de la Universidad de Toronto, cree que también tiene mucho que ver la financiación de los centros. «A diferencia de lo que ocurre en EE UU, donde llegan menos fondos a los barrios pobres, aquí la financiación no está determinada por el barrio en el que viva el alumno».
Dicho lo cual, la conclusión a la que llega Derek J. Allison, profesor emérito en la Facultad de Educación de la Universidad de Ontario Occidental, es que «nuestros sistemas provinciales funcionan bien, aunque algunos lo hacen notablemente mejor que otros».
«Un factor que explica el éxito es la educación de los alumnos en competencias»