Zelda y Fitzgerald, entre los plagios, el alcohol y la muerte
Se publica una notable biografía de la talentosa esposa del novelista, una pareja unida por el amor y por grandes tragedias personales
En Hollywood, en 1940, a Francis Scott Fitzgerald le sobreviene un infarto, sin que su compañera de sus dos últimos años, Sheilah Graham, pueda hacer nada por él. La muerte le llega a los 44 años, en la etapa en que estaba controlando su alcoholismo, si bien poco después de haber intentado suicidarse. Por otra parte, la relación con su mujer y madre de su hija Scottie, la escritora, bailarina y pintora Zelda Sayre, también proporcionará escenas suicidas. Así, el hermano de Zelda se mata en 1933 y ella, que sufre de esquizofrenia y es ingresada en varios psiquiátricos, intenta lanzar a un precipicio el coche en el que volvía a París tras actuar en Niza y Cannes, en 1929.
En 1930, unas alucinaciones que la sorprenden justo al darse de alta
de la clínica la empujan a atentar contra su vida otra vez. Al fin, una noche de 1948 se incendiará el hospital donde estaba interna y su cuerpo solamente podrá ser reconocido gracias a una de sus zapatillas. Estas trayectorias tan trágicas partían del autor de «El gran Gatsby», aun siendo evidente que la trayectoria de Zelda podía ser igual o más apasionante. Y eso es algo que demostró Nancy Milford
en un estudio que acabaría siendo, en 1970, no solo finalista del premio Pulitzer, sino un superventas que se traduciría a casi veinte lenguas, pero no al español.
Valiente y artística
Milford nos lleva al seno familiar de la protagonista en Alabama, percibiéndose pronto que es una chica especial: valiente, desacomplejada, artística. Virtudes que llamaron la atención de Scott. De este dice la biógrafa que usó parte de los avatares personales y escritos de Zelda –como sus cartas o sus diarios y narraciones– para realizar una suerte de plagio doméstico en beneficio de sus artículos, cuentos y novelas. Por otro lado,
nos introduce en los entresijos de la novela de Zelda «Resérvame el vals», en paralelo a cómo se va disgregando la unión entre estos autores que parecían extraídos de la portada de una revista.