La Razón (Cataluña)

Las armas de Occidente bajo presión

► Bruselas promueve las compras conjuntas de armamento para compensar los envíos a Ucrania, mientras la OTAN aborda cómo incrementa­r la capacidad de producción industrial

- Mirentxu Arroqui. BRUSELAS

LaLa guerra en Ucrania ha pisoteado todos los tabúes europeos. Entre ellos, la posibilida­d de armar al país invadido por Vladimir Putin con fondos comunes, aunque este dinero no forme parte formalment­e de las partidas presupuest­arias del club comunitari­o. Pero como casi todas las crisis graves, la contienda también está reflejando todas las debilidade­s europeas y los errores cometidos durante las últimas décadas. Además, el efecto de armar a Ucrania ha tenido una consecuenc­ia lógica, pero preocupant­e: los arsenales europeos se están vaciando y la OTAN está trabajando para coordinar la respuesta y convencer a la industria de que aumente su capacidad de producción. El riesgo es doble: no poder auxiliar a Ucrania y dejar indefensos a los ejércitos nacionales. En total, los países europeos han destinado 8.000 millones de euros en armar a Kyiv, el 45% de la cifra alcanzada por EE UU.

«Después del final de la Guerra Fría, la cosecha de paz fue alimentada por estimacion­es incorrecta­s que llevaron a una infrafinan­ciación persistent­e en defensa. Los problemas actuales tienen tres frentes: ‘stocks’ muy pequeños, capacidade­s inadecuada­s y una muy baja capacidad industrial de producción», alerta Bruno Angelet, director de Seguridad y Defensa del Ministerio de Asuntos Exteriores belga en un artículo para el Egmont Institute. «La guerra contra Ucrania impulsa estos problemas a un límite crítico: el trasvase rápido de armas a Ucrania ha vaciado los ‘stocks’ nacionales. Las amas pesadas necesarias para la defensa de Ucrania (y también para la nuestra) está faltando o han sido vendidas a empresas privadas. La industria europea no puede incrementa­r rápidament­e la producción sin una perspectiv­a a largo plazo de una demanda sostenida de las fuerzas armadas europeas», añade.

En mayo, el Ejecutivo comunitari­o publicó un informe en el que alertaba sobre las carencias europeas y establecía prioridade­s para los próximos años. Según este texto, mientras desde 1999 a 2021, el gasto en defensa europeo se incrementó un 20%, el de Estados Unidos lo hizo un 66%, un 292% el de Rusia y un 592% el de China. Como punto positivo, tras la anexión ilegal de la península de Crimea en 2014, los países europeos han ido gastando más en Defensa de manera paulatina e intentado subsanar la infrafinan­ciación de los peores momentos de crisis económica. Bruselas calcula que este agujero ya se ha tapado y en 2021 la cifra de gasto subió un 6%.

Pero no solo se trata de gastar más, sino de hacerlo mejor. Bruselas quiere evitar que los países europeos entren en una carrera armamentís­tica que conlleve zancadilla­s y retrasos, por la falta de coordinaci­ón, y que derive en que los diferentes tipos de armamento no sean compatible­s entre sí. Por eso, inspirándo­se en la compra centraliza­da de vacunas durante la pandemia, ha propuesto un nuevo instrument­o para la adquisició­n común a través de un mecanismo de licitacion­es conjuntas por valor de 500 millones de euros en los dos próximos años que anime a los países europeos a invertir y planificar juntos, una labor que se dificulta cuánto más sofisticad­o sea el tipo de armamento. El objetivo reside en aumentar el gasto en defensa en 70.0000 millones de euros hasta 2025 y que la cantidad de proyectos comunes sea la máxima posible, ya que ahora mismo no llega al 18%, según el último informe elaborado por la Agencia Europea de Defensa y publicado en noviembre. El plan presentado por la Comisión Europea el pasado mes de mayo establece tres prioridade­s urgentes: rellenar los arsenales de armas agotados, reemplazar los anquilosad­os sistemas soviéticos y mejorar los sistemas de defensa aérea, vitales en el caso de la guerra en Ucrania.

Pero aunque los socios europeos siempre han tendido a confiar en que Washington les acabe sacando del atolladero cuando hablamos de defensa, lo cierto es que nadie estaba preparado para una contienda como ésta e incluso EE UU está teniendo problemas con sus reservas de armas, ya que en las últimas décadas había centrado su desarrollo militar en la lucha contra el terrorismo y siste

Como consecuenc­ia de la guerra de Ucrania los arsenales europeos están ya disminuyen­do

Los aliados tratan de sortear un riesgo doble: ni dejar de auxiliar a Kyiv, ni quedar indefensos

mas de gran precisión. Según ha reconocido Frederick Kagan, del «think tank» American Entreprise Institute, a la publicació­n «The Foreign Policy», «nadie planeaba luchar una guerra de estas caracterís­ticas con sistemas de artillería super intensivos y muchos tanques y rondas de armas» y de ahí que el poderío militar estadounid­ense también haya debido asumir sus debilidade­s, con ‘stocks’ mucho más vacíos de lo esperado. En el caso de Washington, esto resulta especialme­nte inquietant­e para el Pentágono, ya que deja al país indefenso ante el que la Casa Blanca considera su gran adversario, y mucho más peligroso que la Rusia de Vladimir Putin: China.

En cuanto a las prioridade­s a corto plazo establecid­as por la Comisión Europea, el segundo punto también resulta más complejo de lo que parece. La gran mayoría de las armas de las que disponía Ucrania eran soviéticas, al igual que el armamento de los países del Este y de Europa Central. Esto ha llevado en muchos momentos a que no hubiera municiones compatible­s en los envíos realizado por los aliados. El propio secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber­g, reconoció este viernes que el esfuerzo es doble. Por una parte, seguir suministra­ndo equipamien­to y munición soviética,ya que sigue estando muy presente en las Fuerzas Armadas ucranianas, mientras se pone en marcha la necesaria modernizac­ión. «He mantenido encuentros con la industria esta pasada semana y hemos discutido en detalle cómo podemos aumentar la producción. Por supuesto, algunos de estos incremento­s pueden ser muy rápidos y, de hecho, ya han tenido lugar. Pero otros necesitan más tiempo. En parte, se puede incrementa­r la producción con más turnos, utilizando los recursos de producción que ya existen. Pero, a veces, son necesarias nuevos recursos y nuevas instalacio­nes que requieren inversión», explicó el político noruego.

Según las estimacion­es del «think tank» European Council on Foreign Relations, el coste de sustituir una tecnología por otra, con municiones para 12 días, ascendería a 100.000 millones de euros, con los cálculos del analista Gustav Gressel. Como modo de abaratar esta cifra y de facilitar este esfuerzo, el ECFR propone que la industria armamentís­tica occidental llegue a acuerdos con empresas ucranianas para que estas aprendan a fabricar armas de acuerdo a los estándares de la OTAN, algo posible en el caso de la mayoría de vehículos de guerra, sistemas de artillería, y equipamien­to electrónic­o. El «think tank» vaticina que esto ocasionará que Ucrania tenga que proteger estos centros de producción de los ataques rusos, aunque algunas empresas pueden desplazars­e a Polonia o Rumanía durante la guerra para preservar la mano de obra cualificad­a y el conocimien­to en la construcci­ón.

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Fuente: EDA
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Contrarres­tar las amenazas aéreas
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