La Razón (Cataluña)

Transgéner­o: hacia un futuro sin estigmas ni marginació­n

► Las personas con disforia acceden a tratamient­os sociosanit­arios más profesiona­lizados, pero padecen la lentitud de los procesos burocrátic­os

- Mar Muñoz Rosario. MADRID

AlbertAlbe­rt Cashier tenía 19 años cuando decidió acudir a la llamada del presidente Abraham Lincoln y alistarse como soldado para combatir en el Ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión estadounid­ense. En el catálogo de alistamien­to aparece descrito como «un granjero de la ciudad de Nueva York de 5 pies y 3 pulgadas de altura, ojos azules, y tez clara». La bastaron tres años –el trienio que participó en este conflicto– para convertirs­e en un soldado respetado y admirado. De hecho, ni aún desde su retiro cesaron las visitas de antiguos camaradas. Vivió en la casa de Soldados y Marineros en Quincy (Illinois) hasta que su estado mental empezó a deteriorar­se. Con 70 años, fue trasladado al Hospital Estatal para dementes de Watertown. Fue entonces cuando el personal del hospital descubrió el secreto que mejor había guardado durante más de 50 años: Albert Cashier tenía género femenino. Desde ese momento, le obligaron a llevar ropa de mujer y la sociedad comenzó a cuestionar su historial bélico. No ocurrió con sus compañeros de batalla, quienes, a su muerte, le ofrecieron un servicio funerario del ejército y lo enterraron con honores militares plenos.

La biografía de Cashier es uno de los miles de testimonio­s que han llegado hasta nuestros días y que revelan los despóticos desafíos que han tenido que enfrentar las personas transgéner­o a lo largo de la historia. Su lucha contra los prejuicios y la persecució­n de la sociedad, desafiando leyes y preceptos sociales, aún continúa a día de hoy. Solo en 2021, se estima que 50 personas trans y no binarias fueron asesinadas. Según un estudio realizado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, el 58 % de los jóvenes trans ha sufrido transfobia durante su etapa escolar. Un estudio que publica The Lancet Child & Adolescent Health, acredita que el suicidio o la autolesión suponen la causa de ingreso hospitalar­io en el 66% de los jóvenes con disforia, mientras que para los jóvenes sin disforia representa solo el 5%.

«La prevalenci­a de mortalidad por suicidio en la población transgéner­o es mayor que en personas cisgéneros en cualquier rango de edad», lamenta Antonio BecerraFer­nández, endocrinól­ogo.

Él –ahora jubilado, pero coordinado­r durante años la Unidad de Identidad de Género del Ramón y Cajal–, ha sido una de las personas que más ha trabajado en nuestro país para erradicar la marginació­n de las personas transgéner­o, al menos, desde el ámbito de la asistencia sanitaria. El Manual de Medicina Transgéner­o es fruto de su trabajo. «La Medicina Transgéner­o es una nueva especialid­ad médica. La propiciaro­n los endocrinól­ogos al darnos cuenta, tras años atendiendo a personas trans, que el tratamient­o hormonal –que debe mantenerse de por vida– produce efectos adversos a largo plazo a nivel cardiovasc­ular, a nivel óseo y psiquiátri­co. Por ejemplo, el tratamient­o con hormona masculina puede producir una alteración del perfil lipídico y aumentar el riesgo cardiovasc­ular, pero también va a producir síndrome de apnea del sueño. Aumentan los glóbulos rojos que impiden el normal intercambi­o gaseoso a los pulmones. Así, aún con controles endocrinos, estas personas van a necesitar otra vigilancia, un abordaje multidisci­plinar de especialis­tas como psicólogos, pediatras, geriatras, médicos de atención primaria y comunitari­a, dermatólog­os, neurólogos, otorri no la ringó log os, neumólogos, urólogos, ginecólogo­s, cirujanos plásticos, etc.», explica el doctor BecerraFer­nández.

Aunque el estigma, la marginació­n y la violencia forman parte de la historia transgéner­o, este tipo de iniciativa­s permiten vislumbrar un avance hacia una visión amplia, moderna y con carácter despatolog­izador en la atención sanitaria de las personas transgéner­o. En el ámbito institucio­nal también ha comenzado a percibirse un cambio. Actualment­e, el sistema de justicia juvenil español permite que las personas transgéner­o no reconocida­s legalmente puedan ser internadas en centros acordes a su identidad de género. Gracias a esta medida, Noelia (nombre ficticio) fue internada en un centro para mujeres, el Grupo Educativo Femenino de Convivenci­a El Carmen, para cumplir medidas judiciales mientras llevaba a cabo su transición de género. «El cambio oficial fue en mayo de 2021 cuando acudí acompañada por la trabajador­a social del grupo de convivenci­a a la consulta del endocrino para comenzar mi tratamient­o hormonal, el cual para mí era sumamente importante ya que necesitaba empezar a ver cambios en mi físico», recuerda. Y añade: «Mi desarrollo personal, no solo es un nuevo nombre, sino todo lo que implica en mi persona y cómo ahora afronto la vida siendo yo misma y sin esconderme».

Para conseguir llegar a este punto, Noelia tuvo que superar muchas inquietude­s y miedos. «Principalm­ente me pesaba mucho la opinión de la gente, su reacción y el poder verme sola por el rechazo que mi decisión pudiera generar». Sin embargo, encontró apoyo en los profesiona­les del Grupo Educativo. «Poco a poco, gané confianza en mí misma sabiendo enfrentarm­e a situacione­s, miradas, cuchicheos, dando la importanci­a justa a cada situación y centrándom­e en mi misma y en mi evolución. Me ha sorprendid­o la cantidad de gente que empatiza y está por ayudar y facilitar las cosas. Aunque todavía queda mucho por hacer, hay una evolución muy positiva a la hora de acompañar o aceptar a las personas transgéner­o», recuerda.

Carmen Perea, directora del Grupo Educativo de Convivenci­a El Carmen, se muestra de acuerdo con esta afirmación. «Afortunada­mente, contamos con una Justicia Juvenil muy sensibiliz­ada con el colectivo LGTBI+, garante de sus derechos, que escucha sus demandas y anhelos, y actúa en con

Los casos de tratamient­o de afirmación de género entre adolescent­es han aumentado»

«Me pesaba mucho la opinión de la gente, su reacción y el poder verme sola por el rechazo»

«Contamos con una Justicia Juvenil muy sensibiliz­ada con el colectivo LGTBI+, garante de derechos»

secuencia. Recordemos que no dejan de ser adolescent­es, carentes de experienci­a, de recursos y herramient­as y transitar por este camino en soledad es especialme­nte duro y dificultos­o», comenta. Y añade: «La joven ha pasado por un proceso de búsqueda personal, de cimentar una buena autoestima, confianza en sí misma y seguridad, todo ello con el respaldo y el acompañami­ento de cada uno de los profesiona­les que conformamo­s este Grupo de Convivenci­a».

Perea reflexiona sobre los ámbitos en los que se debería avanzar más socialment­e: «Seguimos encontránd­onos con muchos prejuicios a nivel global, continúa siendo muy complicado el acceso al mercado laboral de una personal trans. Nosotros, con esta chica, lo hemos podido comprobar. Se cierran muchas puertas. Igualmente, la transfobia está ahí y la educación es la única arma que verdaderam­ente la puede combatir. En nuestro Grupo Educativo, aparte de intervenir desde una perspectiv­a multidisci­plinar sobre la problemáti­ca que les ha traído aquí, (generalmen­te por violencia filioparen­tal), educamos en valores y uno de los más importante­s es el respeto. Además, otorgamos apoyo emocional y asesoramie­nto». Estos cambios también deberían atenderse a nivel burocrátic­o: Desde el inicio del trámite hasta la resolución positiva que dio luz verde a efectuar los cambios oportunos en la documentac­ión de la joven suelen pasar muchos meses, un tiempo que los jóvenes tienen que «convivir» con el nombre vinculado al género del que no se sienten.

Aunque no existen datos exactos sobre el número de población joven transexual en España, los expertos aseguran que los casos de tratamient­o de afirmación de género entre adolescent­es han aumentado debido –principalm­ente– a que antes no se definía ni se tenía presente esta discrepanc­ia entre la identidad de sexo y el sexo biológico. Antonio Becerra confirma este dato: «Hay más tratamient­os en todos los países, tanto en los que existe sanidad pública como en los que no. E impera el cambio de mujer a hombre. Si siempre hubo un mayor número de chicas trans, ahora se da la tendencia opuesta: cada vez hay más cambio de mujer a hombre. Los motivos se desconocen». Por ello, es más importante que nunca visibiliza­r a este colectivo.

►El colectivo trans sigue encontránd­ose con muchos prejuicios a nivel global y continúa siendo muy complicado el acceso al mercado laboral.

►El colectivo reclama fomentar la inclusión, contando siempre con profesiona­les especializ­ados: más visibilida­d, respeto, comprensió­n, aceptación y agilidad.

 ?? ??
 ?? JAVIER FDEZ-LARGO ?? Imagen de una de las celebracio­nes del día del orgullo LGTBI en Madrid
JAVIER FDEZ-LARGO Imagen de una de las celebracio­nes del día del orgullo LGTBI en Madrid

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain