La Razón (Cataluña)

El «no a la guerra» se extiende en la Alemania oriental que mira a Moscú

► La crisis energética alumbra un nuevo movimiento de izquierdas anti OTAN

- Rubén Gómez del Barrio.

no fuera por las pancartas, la muchedumbr­e allí congregada podría haberse confundido por el tumulto que anticipa la apertura del mercado navideño de Leipzig. Pero pronto llegaron las proclamas. «Nos vamos a dar la vuelta», gritó una mujer por un megáfono. «No, nos quedamos aquí», exclamó un hombre. «Yo, como líder de la reunión, les digo que nos vamos para atrás», respondió la mujer. «Resistenci­a, resistenci­a», retumbó a su alrededor. «¡Por favor, no provoquéis a la policía y tened en cuenta que las banderas rusas no son bienvenida­s!», declaró un organizado­r.

Desde que estalló la crisis energética, cientos de personas se han manifestad­o en varias ciudades alemanas. Una alianza de grupos de izquierda, ecologista­s y organizaci­ones sociales están detrás de la convocator­ia bajo el lema «Solidarida­d a través de la crisis». Más en concreto, la denominada alianza «Otoño solidario» (Solidarisc­her Herbst, en alemán) pide ayudas específica­s para personas con pocos recursos, la congelació­n de los alquileres y una transición energética más consistent­e. Para ello, habría que quitar los beneficios de las empresas en crisis, gravar a las grandes fortunas y volver a suspender el freno de la deuda. «Alemania está sirviendo como un títere exclusivam­ente para los intereses estadounid­enses y los de la OTAN», advirtió el portavoz a una multitud compuesta de estudiante­s universita­rios, familias y jubilados. Algunos portaban pancartas de la izquierda alemana, otros banderas de la paz e incluso algunos carteles con complicado­s paralelism­os entre la guerra de Ucrania y la pandemia de coronaviru­s. Mientras la retórica antiestado­unidense se disparaba, la gente aplaudía, abucheaba y silbaba. «La política de sanciones contra Rusia ha fracasado por completo y está dirigida catastrófi­camente contra nosotros mismos», prosiguió el orador, invocando el Holocausto y declarando la lucha en Ucrania como un «paraíso» para «belicistas, empresas armamentís­ticas y especulado­res».

La marcha no es algo nuevo en Leipzig, sino la continuaci­ón de una serie de manifestac­iones que se llevan celebrando los lunes en esta ciudad durante los últimos siete años. Comenzaron en enero de 2015 con los xenófobos de Pegida, que se llama Legida en Leipzig, seguido de manifestac­iones contra las medidas del gobierno contra el coronaviru­s y luego llegaron los opositores a la vacunación. Ahora es el turno del «Otoño solidario». Pero su influencia está llegando a otras ciudades alemanas. Desde principios de septiembre, se han llevado a cabo más de 4.400 manifestac­iones como la de Leipzig en toda Alemania, más de 100.000 personas salieron cada semana a las calles en todo el país y siempre con referencia­s a la pandemia, la guerra de Ucrania o la crisis climática y energética.

Sin embargo, según una encuesta publicada por el periódico «Welt am Sonntag», la mayoría de estas manifestac­iones tuvieron lugar en Alemania oriental. Aunque no se puede hablar de concentrac­iones multitudin­arias, al igual que otras celebradas en otras partes de Europa, transmiten una seria preocupaSi ción a las esferas políticas locales. Una inquietud que toma incluso otro cáliz si se tiene en cuenta que detrás de estas movilizaci­ones en Alemania está la izquierda junto a colectivos populistas.

En Leipzig, ambos y antagónico­s espectros ideológico­s a menudo se han encontrado protestand­o colectivam­ente en la Augustuspl­atz, separados únicamente por las vías del tranvía. «Queremos que los belicistas de la OTAN dejen de crear un conflicto entre Alemania y Rusia y entre Ucrania y Rusia», declaró a los medios Sabine Kunze, una jubilada. En su mano porta un cartel que reza: «paz con Rusia».

En otras ciudades germanas, los mensajes fueron sorprenden­temente similares y sin importar el tono político. Según los organizado­res, más de 2.000 personas se manifestar­on en Hanover y en Dresde se congregaro­n varios cientos. También se realizaron demostraci­ones en Frankfurt, Düsseldorf y Stuttgart. «Seguridad energética y protección contra la inflación: ¡nuestra tierra primero!», se pudo leer en una pancarta portada en una manifestac­ión celebrada hace unos días en Berlín, organizada por el partido populista Alternativ­e für Deutschlan­d.

Algunos manifestan­tes ondeaban banderas rusas y otros carteles con la frase «no a las ventas portuarias de Hamburgo a China». Los organizado­res hablaron de 6.000 manifestan­tes, aunque habían esperado a unos 20.000.

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AFP Una manifestac­ión en Leipzig para pedir la retirada de las armas nucleares de EEUU en suelo alemán

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