La Razón (Cataluña)

Las excusas de Don Pedro

- José María Fuster Fabra

ElEl Presidente don Pedro Sánchez, puede perfecta y democrátic­amente cambiar el código penal utilizando una estratagem­a parlamenta­ria, gustará más o menos pero así es, cuestión diferente es el sentido de esos cambios y los charcos en que esos cambios le metan, y de paso a todos los españoles y españolas, entonces toca asumir las consecuenc­ias, porque lo que no es legítimo ni democrátic­o es echarle la culpa a los demás de las responsabi­lidades propias.

El Código Penal es un instrument­o muy delicado, diría que el más delicado en un Estado de Derecho, es el único texto por el que un incumplimi­ento no sólo puede suponer consecuenc­ias económicas sino la pérdida del derecho más importante, junto a la vida, que asiste a ser humano que es la libertad.

El Presidente don Pedro Sánchez, fue muy libre de hacer la chapuza con la famosa ley del sí es sí y hacerle caso a una ministra fanatizada e ignorante que opina sobre el Derecho con la misma autoridad que yo lo podría hacer sobre los nenúfares en los lagos, y pongo este ejemplo porque un nenúfar en un lago se me antoja una de las pocas cursiladas que se ha permitido la madre naturaleza y yo a la ministra madre del sí es sí, la encuentro cursi en su fanatismo.

Empleo la palabra cursi porque es cursi a rabiar hablar de cualquier cosa anteponien­do el término feminista, sanidad feminista, petanca feminista, parada de autobús feminista, etc., pero bueno esto no deja de ser una apreciació­n personal que me aleja del tema.

Vuelta al inicio del artículo, lo que no puede hacer después don Pedro Sánchez es echar las culpas de la ley que él promueve a jueces y fiscales, o por lo menos no salir en defensa cuando lo afirma la ministra cursi, porque por si no lo saben a los fiscales, a los jueces y a los abogados el marco de nuestras actuacione­s nos lo marcan las leyes como la aprobada, por muy chapuza que sea.

Ahora veremos qué pasa con la otra chapuza el cambio de sedición por los desórdenes públicos agravados. La sedición estaba mal ubicada en el Código Penal, tenía que estar con este nombre u otro parecido en los delitos contra la Constituci­ón, pero derogarlo y cambiarlo por esos desórdenes públicos puede llevar a que se aplique en casos que estén implicados en un futuro por folloneros, alborotado­res y violentos algunos de los que le apoyan, y si eso pasa, ¿qué sucederá?, ¿de quién será la culpa?

Presidente no puede usted fiarse de cursis ignorantes sean populistas o indepes y luego cargar la culpa contra las togas.

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