Indíbil y Mandonio, el mito de los irreductibles
Representaron el anhelo de independencia de los pueblos íberos prerromanos y la resistencia hispana
DesdeDesde que las legiones de Roma pusieron sus pies con «caligae» en la costa mediterránea de España entorno al 218 a. C. comienza la aventura de la Hispania Romana, marcada desde el comienzo por la Segunda Guerra Púnica entre la República Romana y su sempiterna rival Cartago. No fue, desde luego, un camino de rosas para los romanos, que hubieron de vérselas con los Bárquidas y con una acérrima resistencia indígena. Los pueblos íberos y celtas de la costa del Levante hispano se debatían entre las dos potencias para mantener su independencia. Los romanos Publio y Cneo Cornelio Escipión habían sido derrotados ante Asdrúbal Barca y perdieron la vida en la guerra. Los cartagineses, que recibieron el apoyo para su victoria de los múltiples pueblos desunidos en la zona del valle del Ebro hasta su desembocadura, habían exigido a los ilergetes y ausetanos la entrega de rehenes para garantizar su fidelidad: algunos familiares de los caudillos Indíbil y Mandonio al parecer. Luego las tornas cambiaron cuando los romanos de Escipión el Africano se apoderaron brillantemente de Cartago Nova y atrajeron el apoyo de los indígenas.
Sin embargo, Indíbil y Mandonio, a los que a vecesse presenta como hermano mayor y menor, vieron claro que no podían seguir así y que si querían sobrevivir debían mantener su independencia. Por eso promovieron la unidad para una gran revuelta. Ambos han representado el anhelo por la independencia de los pueblos celtas e íberos de la España prerromana y la feroz resistencia que presentaron. Hay que recordar que hasta dos siglos después, en época de
Augusto, la península no fue controlada por los romanos:ni siquiera entonces su franja norte llegó a estar enteramente romanizada. Indíbil se movía entre romanos y cartagineses en un juego de equilibrios muy peligroso que finalmente le costó la vida. Poco sabemos de él: su nombre parece íbero y se cree que su versión celta es Atabel. Parece que fueron sus hijas y la mujer de Mandonio las tomadas como rehenes por los cartagineses. En todo caso, lograron,seguramente por carisma personal, mantener una gran alianza de pueblos ibéricos en el valle del Ebro, entre las actuales Lérida, Tarragona y Castellón, en lo que fue la última sublevación de esta zona contra Roma. Luego sería totalmente romanizada, tan profundamente como la B ética, siendo las dos grandes regiones de cultura romana en Hispania.
Complicados juegos de alianzas
Ambos han sido recordados como símbolos de la resistencia de los íberos y celtas. Hay pocos datos históricos en fuentes grecolatinas, pero Tito Livio y Polibio nos hablan de los complicados juegos de alianzas de la Segunda Guerra Púnica. La leyenda se acrecienta en el Medievo, como un episodio que enlaza con el del caudillo lusitano Viriato, la ciudad de Numancia y la resistencia legendaria de cántabros, astures y vascones en la cornisa cantábrica. Otro mito de la resistencia hispana, y es curioso porque resucita primero durante el Renacimiento español, luego durante la Guerra de la Independencia contra los franceses, y finalmente, al hilo de las guerras carlistas, hasta la Renaixença y el alba del nacionalismo catalán, a finales de ese siglo, cuando también será reutilizado el mito. En fin, que siempre fueron el símbolo de cierto irredentismo de la zona. Así se ve desde las crónicas de Ambrosio de Morales a la «Historia de Cataluña» de Víctor Balaguer, quien los considera símbolos de los catalanes en su lucha por su independencia. Las figuras de estos caudillos prerromanos han sido manipuladas en diversas épocas. Hoy un bronce representa enLéri da a In díbily Mandonio como símbolo románticode resistencia. En realidad, sus finales fueron trágicos: el 206 a. C. su ejército fue derrotado por Léntulo y Acidino. Indíbil murió en combate y, aunque Mandonio escapó, fue entregado por una traición entre sus propios hombres y ejecutado por los romanos.