«Debemos atrevernos a dejarnos llevar por los sentimientos»
Su interpretación en la ópera prima de Mikel Gurrea le ha valido una nominación en los Goya a la mejor protagonista
Igual que esos troncos desnudos de los alcornocales a los que los hombres desprenden de su corteza para explotar el corcho que los abraza, Vicky Luengo se despoja de cualquier impostura para protagonizar junto a Pol López la ópera prima de Mikel Gurrea, «Suro». Una disección de los desgastes afectivos que las dinámicas de poder, la alternancia de roles y las diferencias de clase pueden llegar a ocasionar en la pareja con la extracción del corcho y el retorno a la vida en el campo como escenario vertebrador cuyo paso por San Sebastián ya presagió una desembocadura en las nominaciones de los Goya: mejor dirección novel y mejor actriz protagonista para Luengo, con la que charlamos días antes de conocer la noticia.
Parece que la cinematografía española cada vez se vuelca más en lo rural...
Te digo una cosa, todas estas películas de vuelta al campo se han hecho muchos años atrás. Es decir, «Suro» lleva ocho años concibiéndose, y «As bestas», cinco o seis también. Mi respuesta lógica sería relacionar la situación en la que nos encontramos después de la pandemia y cómo nos ha empujado empujado esto al campo, pero no es verdad por lo que te digo, empezaron a gestarse mucho antes. No sé, realmente creo que este retorno tiene que ver con una necesidad de volver al origen, a lo mejor estábamos contando lo urbanita en exceso y los creadores han ido a buscar esa otra parte que faltaba ser representada.
¿Ha cambiado la jerarquía dentro de las dinámicas de poder que operan dentro de las parejas contemporáneas?
Sin duda alguna. Hace unos días hablaba precisamente con un amigo mío que me planteaba la típica cuestión de «si tu hubieras querido vivir en otra época ¿cuál habrías elegido?», y le decía sin pensarlo un segundo que como mujer es imposible elegir otra que no sea 2022. Todo ha cambiado tanto gracias al feminismo... las mujeres hemos conquistado espacios en el trabajo, en los lugares de ocio... y todas esas conquistas no pueden no haber cambiado el papel en la pareja. Es muy interesante estudiar el cambio de estos que comentas en las parejas a través de cómo el feminismo ha ido ganando espacio. En «Suro» todo esto está muy bien contado porque es una película en la que los roles de poder basculan. Al principio parece ser ella la que tiene el control, luego pasa a ser él, y después regresa a la figura de Elena.
Hay un análisis sutilmente teórico en la película sobre la importancia de lo político en lo personal.
Yo soy de las que piensa que todo es político. La manera que tenemos de vincularnos afectivamente es política, creo que es imposiblesepararloporquepordesgracia el capitalismo nos hace considerar a las personas como bienes que tú puedes consumir.
¿El sistema entonces también condiciona la manera que tenemos de querernos?
Nos dedicamos a ir saltando de lugares porque te propone que puedes tener más y mejor, por lo tanto, vivimos constantemente pensando en las alternativas supuestamente mejores que todavía no hemos «consumido». Algo que me parece agotador y súper poco interesante porque el vínculo afectivo comprometido es valiente y necesario. Hay que atreverse a dejarse llevar por la intimidad, por los sentimientos.