Sissi ya no vive aquí
El cine contemporáneo tiene el poder de reescribir la Historia. Es su modo de reaccionar contra los registros de lo real, los relatos de los vencedores y los vencidos, la nostalgia perpetua por tiempos que, en su opulencia, parecieron mejores. Es su modo de desmontar las figuraciones míticas de la oficialidad, bordadas en letras de oro en los libros de texto. Hitler, pues, no murió en su bunker. Manson no mató a Sharon Tate. Elizabeth de Austria nunca fue Sissi, nunca fue Romy Schneider. Aquí se trata, pues, de algo parecido a lo que hizo Sofia Coppola en «María Antonieta», no un «biopic» al uso, sino «una biografía de los afectos», en este caso haciendo relevante, desde la perspectiva crítica de una mirada contemporánea, el papel de la mujer en las esferas de poder dominadas por el patriarcado. Así las cosas, la emperatriz de Marie Kreutzer y Vicky Krieps (también en calidad de productora e impulsora del proyecto) es una mujer indómita, ingobernable, que tiene sus propias opiniones políticas (silenciadas por su marido); que conserva una relación conflictiva con su propia imagen, siempre sometida al escrutinio público; que no soporta envejecer, porque piensa que la vida se le escapa; que se siente próxima a los enfermos y a los locos, ella misma al borde de la depresión; que, en fin, quiere ser independiente en un escenario que solo le exige representar orden y felicidad. En este filme, Kreutzer llega a la conclusión de que Elizabeth solo puede ser libre autodestruyéndose, aunque en ese singular proceso de empoderamiento esclavice o ignore los afectos de las mujeres a las que ama. Es ese proceso el que problematiza y hace complejo su acercamiento al personaje, al que Vicky Krieps interpreta con una mezcla de determinación, abandono e inteligencia admirables. Es ese proceso el que conjuga en presente a Elizabeth de una manera productiva, y no tanto anacronismos desperdigados arbitrarios –la música de Camille, el «As Tears Go By», de Marianne Faithfull –, que aparecen a lo largo del metraje.
Lo mejor
►Vicky Krieps y cómo se reescribe el personaje desde una perspectiva contemporánea
Lo peor
►Que algunos anacronismos aparecen bastante metidos con calzador en la película