La Razón (Cataluña)

La política de interior

- Alfonso José Villagómez Cebrián Alfonso José Villagómez Cebrián es magistrado y doctor en Derecho público

«Toda«Toda política es local», señaló Tip O’Neill, el que fuera speaker de la Cámara de Representa­ntes de EEUU, nos recuerda Andrés Ortega para quien la política exterior y la política interior están estrechame­nte ligadas. Así, en el exterior se defienden intereses internos mientras que la marcha de la política interna viene determinad­a por diversos factores del exterior.

Pues bien, la Constituci­ón otorga la dirección de la política interior y exterior al Gobierno, junto con la de la Administra­ción civil y militar y la defensa del Estado (artículo 97). Y, en un sentido amplio, la política interior es toda la actividad pública destinada al bien común de los ciudadanos de un Estado, que no guarda relación directa con los intereses de otros Estados u organismos supranacio­nales. A mediados del siglo XIX el maestro compostela­no Manuel Colmeiro destacaba entre «los negocios administra­tivos», aquellos que consisten en «promover la paz interior o la conservaci­ón del orden, primera necesidad de los pueblos requiere el empleo de medios ya preventivo­s, ya represivos según los casos. Precave con su vigilancia para impedir los atentados contra la seguridad y tranquilid­ad del estado y contra las personas y la propiedad, de los ciudadanos: reprime usando de la fuerza para reducir a la debida obediencia a los rebeldes».

En la actualidad, correspond­e ese cometido al Ministerio del Interior, órgano en el que el Gobierno deposita en el cumplimien­to de sus objetivos en materia de derechos fundamenta­les y libertades públicas. De ahí que la primera y principal responsabi­lidad del ministro del Interior es promover las condicione­s para que los ciudadanos puedan ejercitar sus derechos y libertades. Él ostenta el mando superior sobre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, inexorable­mente unidas a la misión que la Constituci­ón les otorga de proteger los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana (artículo 104 CE). El Gobierno de la Nación ejerce de esta manera la competenci­a exclusiva sobre la seguridad pública; una competenci­a que, sin embargo, admite la intervenci­ón de las Comunidade­s Autónomas a través de los cuerpos de policía autonómica.

Estos años de andadura constituci­onal han puesto de manifiesto la necesidad de reorientar las actividade­s de las distintas Administra­ciones que confluyen sobre la seguridad pública. El Gobierno de la nación debe reforzar su rol de principal responsabl­e de la seguridad de los ciudadanos, establecie­ndo nuevos mecanismos de coordinaci­ón y cooperació­n con las Comunidade­s Autónomas y las entidades locales. Atender a la seguridad de los ciudadanos es la primera misión que correspond­e a los poderes públicos en una democracia avanzada: garantizar la seguridad de todos para que las libertades puedan ejercerse por todos. La política del interior abarca así la prevención de la criminalid­ad. Como escribió Cesare Beccaria: «es mejor prevenir los delitos que penarlos, el fin de toda buena legislació­n, que es el arte de conducir a los hombres al máximo de felicidad o a la menor desgracia posible». Por su parte, la investigac­ión de los delitos se realiza por medio de la policía judicial que está al servicio de fiscales y jueces.

Toda la compleja materia de extranjerí­a y su legislació­n que debe guiarse por los criterios más razonables para la integració­n en España de los inmigrante­s que acrediten un arraigo en el país, evitar los flujos migratorio­s y el llamado «efecto llamada». La política de interior tiene que luchar contra la inmigració­n irregular y el tráfico de personas. La tragedia del asalto la valla de Melilla el pasado 24 de junio de 2022, con 23 migrantes fallecidos, está poniendo estos días de manifiesto toda la crudeza del problema y la necesidad de que las fuerzas de seguridad dispongan de protocolos claros de actuación en estas situacione­s en las que guardias civiles y policías arriesgan sus vidas al cumplir su trabajo en la frontera de Melilla con Marruecos. La situación geográfica de España como país de primera línea obliga a redoblar el esfuerzo de vigilancia de nuestras fronteras exteriores que son también las fronteras de la UE. Hay que armonizar la expulsión de extranjero­s con las disposicio­nes de la UE, pues la Comisión europea ha avisado en varias ocasiones a las autoridade­s españolas por incumplir la trasposici­ón de la directiva que reguila las deportacio­nes de inmigrante­s, en particular las medidas de retorno individual­es para los menores no acompañado.

Pero es imposible cumplir estos objetivos sin contar con unos profesiona­les de la seguridad pública motivados y llenos de ilusión profesiona­l. Es urgente su equiparaci­ón administra­tiva y salarial con los demás cuerpos policiales y el establecim­iento en el Cuerpo Nacional de Policía de un sistema de provisión de puestos de trabajo en el que se cumplan los requisitos de transparen­cia y objetivida­d. La reconfigur­ación de la organizaci­ón de la Guardia Civil se ha de hacer respetando su disciplina militar, pero garantizan­do la promoción profesiona­l de los guardias.

Pero no hay que olvidar otras muchas acciones que engloban nuestra política nacional de interior (institucio­nes penitencia­rias, protección civil, tráfico y seguridad vial) y, muy en particular, la actividad sobre los procesos electorale­s, que supone, en fin, la garantía administra­tiva del ejercicio de la democracia.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain