El agujero de gusano del VAR y Pelé
Pelé se apaga, mientras se recuerda un gol que nunca metió y el VAR, que arbitra el pasado cuando el fútbol es inmediatez, desluce el espectáculo
Pelé,Pelé, el mejor jugador de fútbol de la historia, se apaga a los 82 años en el Hospital Israelita Albert Einstein, de Sao Paulo. Hay informaciones confusas, pero en un tratamiento de un cáncer de colon, con varias metástasis, todo abona el pesimismo, aunque él diga en Instagram: «Estoy fuerte». El destino, caprichoso, quizá haga que el «adiós» de «O Rei», coincida con un Mundial en el que la Francia de Mbappé es ya clara candidata. Pelé, por cierto, el único futbolista que ha ganado (1958-1964-1970) tres Mundiales, en los que no había VAR, ni falta que hacía, lo que no impide que hubiera jugadas y decisiones arbitrales conflictivas. Los datos, antes y después del invento, demuestran que suelen ganar los mejores, salvo las excepciones que confirman la regla.
Aficionado al fútbol, puedo presumir de haber asistido, en el Soccer City de Johannesburgo, al triunfo de España en el Mundial de 2010 y también de haber saludado, personalmente, aunque un instante, a Pelé, y de verle jugar en directo un 3 de septiembre de 1974 en la Romareda, en donde el Santos de «O Rei» ganó por 2-3 al Zaragoza, con dos goles del astro brasileño y anécdota incluida. Ovejero, defensa de los maños, al intentar evitar un gol del Santos, rebasado el portero, acabó enredado en las redes con tal fuerza que derribó la portería. «Nunca en mi carrera había visto algo así», diría al final del partido un Pelé divertido.
En tiempos de Pelé no había VAR y el de ahora puede acabar con la afición. España no perdió ante Japón por culpa del VAR sino por errores propios, los de Luis Enrique y otros, incluido el de Unai Simón –como el de Ryan, portero australiano ante Argentina– al regatear en el área pequeña y forzar un pase que permitió a Japón recuperar el balón y lanzar un chut que el cancerbero español –en un mal día– se tragó. Está de moda sacar jugado el balón desde el área propia para evitar que en un despeje lo coja el rival. Es jugar con fuego y se demuestra con frecuencia. Pelé, Di Stéfano, Beckenbauer, Maradona y Ronaldo y Messi en su primera época no necesitaron el VAR y todos han convertido al fútbol en un espectáculo global festivo y de multitudes y en un negocio milmillonario. El fútbol siempre ha sido pasión, incluidos los errores de los árbitros y la posibilidad de un penalti injusto en el último minuto, éxtasis para los forofos del equipo beneficiado y drama para los del perjudicado. perjudicado. No es lo mismo que lo decida el trencilla o que haya que llamar a la NASA para comprobar si el balón ha salido del todo del campo o si hay fuera de juego por el pelo de un calvo, aunque habrá quien piense recurrir a la transmisión cuántica de datos en un agujero de gusano, el último hallazgo del Instituto de Tecnología de California. El fútbol también es inmediatez y el VAR es pasado, «más incierto que el futuro, porque nadie recuerda las cosas como fueron», escribió en estas páginas Chapu Apaolaza. Los que vieron el Mundial de México’70, afirman, y dan detalles, que Pelé metió un gol desde el centro del campo a Checoslovaquia. El astro observó a Viktor, el portero checo, adelantado y disparó desde el círculo central. Los que lo vieron, no dudan de ese gol, con un matiz, el balón, «porque es el pasado y es incierto», nunca entró en la portería checa, aunque muchos todavía explican cómo fue aquel falso gol de Pelé.
El fútbol es pasión, que se pierde si hay que llamar a la NASA para decidir un lance