La Razón (Cataluña)

¿Quién es Pérez de los Cobos?

- José María Fuster-Fabra

EraEra la noche del 23 de septiembre de 1997 cuando en un hotel de Bilbao estábamos reunidos un grupo de abogados con nuestros representa­dos, todos ellos guardias civiles. Preparábam­os alrededor de una mesa la última sesión del juicio por diversos delitos, entre ellos torturas instadas por el conocido terrorista de ETA Kepa Urra tras su detención. ETA había dado la orden de denunciar sistemátic­amente a los guardia civiles que participab­an en las operacione­s.

No era fácil encontrar abogados voluntario­s para ir a defender a las fuerzas de seguridad al País Vasco. Tuve que tirar de excelentes compañeros de despacho, algunos de ellos familiares.

Recuerdo que estábamos analizando el traje que usaban en la UEI (Unidad Especial de Intervenci­ón) lo que iba a ser una prueba relativa las heridas que decía haber padecido Kepa Urra en la detención. Uno de esos guardias civiles era el por entonces Capitán Diego Pérez de los Cobos. Yo era su abogado. Noté que tanto él como el resto de sus compañeros no estaban atentos. Permanente­mente hablaban entre ellos, sonaba n los móviles, y un teléfono fijo que teníamos en la sala del hotel.

De repente, uno de ellos dijo: «ahora ahora, vamos fuera». Salieron todos corriendo hacia una calle muy próxima al hotel. Inconscien­temente los abogados salimos detrás de ellos. Nos paramos en una esquina cuando oímos un intenso tiroteo. Una unidad de la Guardia Civil tenía vigilados a Salvador Gaztelu, «Andoni» y a José Miguel Bustinza «Iván». Al parecer se supo que iban a atentar de forma inmediata contra un objetivo. Eran dos miembros expertos e importante­s del reconstitu­ido Comando Vizcaya. Al darles el alto los terrorista­s dispararon vaciando los cargadores, los guardia civiles se defendiero­n, uno de los terrorista­s murió de inmediato, y al otro lo vimos agonizando a nuestros pies. Los propios guardias, entre ellos el entonces Capitán Pérez de los Cobos, ayudaron a subirlo a la ambulancia.

De inmediato decenas, centenares de personas empezaron a llegar al lugar de los hechos, gritos, insultos… Volvimos al hotel.

Lo que sucedió al día siguiente desde nuestra llegada a la Audiencia Provincial de Bilbao, los miles de personas acosándono­s y lanzándono­s de todo, hasta lo que sucedió dentro de la Sala, prefiero olvidarlo porque es una de las peores experienci­as que he tenido en toda mi vida profesiona­l. Pese a todo, y como no podía ser de otra manera, Pérez de los Cobos fue absuelto.

Años más tarde vi la declaració­n del ya Coronel en el juicio del 1-O. Era el mismo hombre al que yo defendí, valiente, honesto, inteligent­e y sin complejos, pero esto es otra historia.

De lo vivido entonces a muchos les quedaron secuelas de por vida, a mi una vacuna contra el miedo. Al entonces Capitán Pérez de los Cobos y al resto de guardias civiles la satisfacci­ón del deber cumplido, la victoria frente a ETA, junto al dolor por las muertes y las injusticia­s. Algunas de estas continúan.

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