El Vall d’Hebron apuesta por la especialización de las enfermeras
► El hospital diseña un modelo de atención basado en la intensidad de los cuidados hacia los enfermos
Durante muchos años, el papel que desempeñan las profesionales de la enfermería en la atención sanitaria ha quedado difuminado y, por lo tanto, ha sido poco reconocido. Sin embargo, a raíz de la pandemia, éste se puso claramente de manifiesto y, desde entonces, arrancó un proceso de revalorización de esta figura profesional, que ha ido asociado a una apuesta por la especialización del colectivo, lo cual se refleja ya en los modelos asistenciales de hospitales y centros sanitarios, como el de la Vall d’Hebron.
«Nosotros trabajábamos antes por servicios», es decir que por ejemplo, todos aquellos pacientes afectados por una patología pulmonar, desde una neumonía hasta un trasplante, se encontraban hospitalizados en una misma planta y eran tratados por el mismo equipo. Sin embargo, ahora nos organizamos por áreas del conocimiento», explicó Adela Amat, supervisora de enfermería del Área de Trasplante de órgano sólido de adulto, lo que se traduce en que, por ejemplo, en estos momentos, todos los pacientes trasplantados, independientemente del órgano que hayan recibido, son atendidos en la misma área, lo cual ha favorecido el despliegue de un modelo organizativo basado en la intensidad de los cuidados.
Al respecto, Amat señaló que «este nuevo modelo permite adaptar los recursos y el tiempo de las enfermeras a cada paciente en función de sus necesidades». «Antes funcionábamos por ratio y cada enfermera debía atender a los pacientes en función del pasillo que le tocaba, sin embargo, ahora podemos decidir cómo nos organizamos y valoramos la situación de cada una de las personas hospitalizadas para determinar cuántos pacientes lleva cada enfermera y así asegurarnos que cada uno de ellos recibe la atención que necesita», explicó Amat.
Porque, evidentemente, no va a requerir el mismo grado de intensidad de cuidados ni la misma atención un paciente que acaba de dejar la UCI para subir a planta después de someterse a un trasplante que uno que está a punto de recibir el alta, por ejemplo.
De manera que si una enfermera tiene bajo su cuidado a un paciente que requiere mucha atención por el elevado riesgo de complicaciones, a ésta probablemente se le asignará un menor número de pacientes para que pueda dedicar el tiempo y los recursos recursos necesarios a cada uno de ellos.
En este sentido, cabe señalar que «las personas trasplantadas corren muchos riesgos, ya que pueden sufrir una infección, una trombosis, broncoa spiraciones... y, por lo tanto, hay que estar muy pendientes para evitar complicaciones», recuerda la supervisora y ello, con el anterior modelo, era complicado. Además, con este nuevo modelo de intensificación de los cuidados, las profesionales de la enfermería no solo pueden atender mejor a los pacientes en lo relativo a la prevención y detección precoz de complicaciones, sino que también tienen la posibilidad de desarrollar su faceta de educadoras sanitarias con mayores garantías.
«En la mayor parte de los casos en los que se produce el rechazo del órgano es porque el paciente -que debe seguir un estricto plan de medicación- no hace de forma correcta el control de la enfermedad cuando llega a casa, por ello es muy importante que, mientras está hospitalizado, haya una persona que le acompañe», dijo.
«Este nuevo método adapta el trabajo de las enfermeras a las necesidades de los pacientes