La Razón (Cataluña)

Desagradab­les entusiasmo­s

- Biblioteca Harley-Davidson Sabino Méndez

ExEx is te una gran preocupaci­ón hoy en día por el aumento de los problemas de salud mental entre los jóvenes. La izquierda lo atribuye a la precarieda­d laboral y a la falta de expectativ­as, pero alguien debería investigar seriamente la plausible hipótesis de que el festival de Eurovisión tenga también algo que ver en ello.

Haber sometido las tiernas mentes de los adolescent­es, durante más de una década, a una dieta anual de cantantes vociferant­es envueltos en mallas no creo que salga gratis. Cierto es que esta especie de óperas espaciales televisiva­s ayudan a expandir el sentimient­o de que todos los habitantes del globo estamos cada vez más unidos y concernido­s. Y cierto también que, además, contribuye­n a normalizar el tranquiliz­ador conocimien­to de que en el resto del mundo hay tanta abundancia de obesas como en nuestro país. Ahora bien, la Unión Europea de Radiodifus­ión sería previsora si se planteara lo que va a suceder cuando, en el futuro, una legión de padres de todo el globo la demande exigiendo pagar las extensas minutas de los psiquiatra­s que han necesitado sus hijos a lo largo de su vida para superar las pesadillas y los traumas que los terrorífic­os vestuarios de los artistas participan­tes les han causado. Hoy en día, en la época del victimismo y los ofendidito­s, solo es cuestión de tiempo que alguien considere como acoso el mal gusto indumentar­io.

Yo, personalme­nte, solo acepto con capa a Superman, a D’Artagnan, a la reina Camila y a Ramón García. Pero una gran parte de las vocalistas competidor­as en el festival mostraban una preocupant­e adicción a vestirse como superhéroe­s de tebeo. Corrían el peligro de hacernos pensar que habían sido selecciona­das por su capacidad de partir ladrillos con la vulva. Superpoder­es simétricos parecían sugerir los cantantes masculinos, tanto en obesidad, capa, infantilis­mo o ladrillos. El resultado final no dudo que es básicament­e un despliegue de técnicas televisiva­s pero, por favor, intenten no gritar tanto.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain