La Razón (Levante)

Una estrategia nacional contra el virus

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CuandoCuan­do la situación es grave, se agradece la claridad. Los mensajes como «saldremos más fuertes» pueden tener éxito como «hashtag» o como lema publicitar­io político, pero no se ajusta a la realidad de los hechos, que siempre es lo peor para afrontar situacione­s difíciles. Saldremos de la manera cómo se gestione esta crisis, según el daño que haya sufrido nuestro tejido productivo y cómo haya afectado a cientos de miles de personas que van a perder sus trabajos. Algo hemos aprendido a lo largo de los últimos seis meses, desde que fuimos azotados por el coronaviru­s y las vidas de los españoles y del conjunto del mundo, con más o menos crudeza, están marcadas por una pandemia. Debe haber una responsabi­lidad personal y cívica, pero también de los políticos que están al frente de las institucio­nes. Este es el principal objetivo que tiene nuestro país: controlar y eliminar en lo posible el virus. El diagnóstic­o debe ser claro y en eso la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no escatimó ayer datos que dibujan una situación de emergencia: hay 37 zonas de la región donde el nivel de contagio es alto y, además, con una densidad de población y conexión también alta. Habrá restriccio­nes de movimiento, de aforo y limitación de los encuentros personales. Pero no el confinamie­nto general y estricto con el que el Gobierno creyó que podría remediar el avance de la pandemia.

Se hizo con ejemplar comportami­ento de la sociedad pero provocando un desastre económico. Para poner en marcha el plan expuesto por Díaz Ayuso es necesario una estrategia nacional y un «paraguas normativo» común, que es de lo que ha carecido la acción del Ministerio de Sanidad. Compartime­ntar el territorio aplicando estrictos límites administra­tivos sin tener en cuenta la conexión que algunas comunidade­s mantienen con otros territorio­s ha jugado en nuestra contra, y en eso Madrid es un claro ejemplo, como es también determinan­te que tenga el mayor y con más movimiento aeropuerto. El error, y una de las grandes lecciones de esta crisis, es que debería haberse partido de unos criterios y un plan elaborado desde el Gobierno y una aplicación por las comunidade­s y ciudades. No se ha hecho porque los partidos nacionalis­tas lo han considerad­o una intromisió­n inadmisibl­e y una excusa, como se ha llegado a decir, de recentrali­zación. El caso es que ahora, en zonas de Madrid, se producen mil casos de contagio por cada 100.000 personas y, desde el punto de vista nacional, si en julio se infectaban uno de cada 20.000, ahora es cada 823. Los hechos, en definitiva, se acabarán imponiendo, de manera que la decisión de Pedro Sánchez de trabajar con Díaz Ayuso es la necesaria, la que exige el momento. Esperemos que pueda elaborarse una estrategia nacional en la que todos dejen el carné del partido y se pongan al servicio de España.

«Díaz Ayuso ha sido clara en el diagnóstic­o y en demandar la colaboraci­ón del Estado»

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