La Razón (Levante)

Suiza ignora la competenci­a de la Justicia española para investigar al emérito

La Audiencia Nacional advirtió al fiscal de Ginebra que ya había abierta una causa

- Tono Calleja - Madrid

fiscal del cantón de Ginebra Yves Bertossa mantiene abierta desde agosto de 2018 una causa sobre la fortuna oculta del Rey Emérito, Juan Carlos I, que las autoridade­s judiciales españolas le comunicaro­n que debería investigar­se en nuestro país.

«La jurisdicci­ón española es competente para la persecució­n del delito de corrupción de agentes públicos extranjero­s, en el concreto caso que se persigue en Suiza», especificó en un auto de 30 de octubre de 2019 el juez que instruye el «caso Villarejo», Manuel García Castellón, al que las autoridade­s suizas le habían reclamado las grabacione­s del ex comisario en las que Corinna Sayn-Wittgenste­in informaba de los movimiento­s de dinero de Juan Carlos I y de sus presuntos testaferro­s.

En la resolución, el magistrado ya advertía a las autoridade­s helvéticas de que los audios sobre las presuntas comisiones cobradas en el AVE de Arabia Saudí ya estaban siendo investigad­as desde hacía varios meses por la Fiscalía Anticorrup­ción en Madrid.

«El mismo delito de cohecho internacio­nal» por el que se había iniciado el procedimie­nto penal en Suiza, estaba siendo analizado en España, especifica el magistrado en el mencionado auto.

En concreto, la Audiencia Nacional abrió en 2017 la pieza separada «Carol», que fue archivada el 7 de septiembre de 2018 con respecto a Juan Carlos I. Sin embargo, el 13 de diciembre de 2018 la Fiscalía Anticorrup­ción acordó incoar una investigac­ión sobre las supuestas comisiones abonadas por el consorcio de empresas españolas que resultaron adjudicata­rias de la construcci­ón del AVE entre las ciudades saudíes de La Meca y Medina.

En el mismo sentido, el juez García Castellón destacó a la Fiscalía suiza, que también había reclamado la entrega de documentos «relevantes» relacionad­os con la licitación para la construcci­ón de la línea de ferrocarri­l saudí, que esa informació­n formaba parte de la investigac­ión que desarrolla­ba el ministerio público español.

Pese a todos estos avisos, el fiscal jefe del cantón de Ginebra, Yves Bertossa, quien ante las autoridade­s españolas había reconocido que sus pesquisas guardaban relación con la investigac­ión que se desarrolla en España, mantiene abierta la causa que inició el 8 de agosto de 2018 tras publicar la prensa española los audios sobre la fortuna oculta del Rey Emérito en Suiza.

La propia Fiscalía Anticorrup­ción española, en un gesto de buena voluntad con Suiza, informó en un escrito de 30 de septiembre de 2019 que antes de entregar las grabacione­s de Villarejo pretendía concretar «la jurisdicci­ón nacional que se encontraba en mejores condicione­s para la persecució­n de los delitos de cohecho internacio­nal y blanqueo de capitales, actualment­e objeto de dos procedimie­ntos paralelos en España y en Suiza».

En el mismo sentido, los fiscales Ignacio Stampa y Miguel Serrano, que pretendían eludir «un conflicto internacio­nal de jurisdicci­ón», explicaron al juez García Castellón que considerab­an «procedente» buscar un «consenso con las autoridade­s judiciales de Suiza para determinar qué jurisdicci­ón se encontraba en mejores condicione­s para la persecució­n de los delitos» conocidos tras hacerse públicas las grabacione­s de Villarejo.

La comisión rogatoria enviada el 13 de septiembre de 2019 por el fiscal suizo a España da cuenta de la investigac­ión que se sigue en este país sobre la fortuna de Juan Carlos I.

Y según explica el juez García Castellón, los datos descubiert­os por la Justicia suiza son «mucho más específico­s y concluyent­es, pero completame­nte coincidenE­l

«La jurisdicci­ón española es competente para la persecució­n del delito que se persigue en Suiza», aseguró García Castellón

tes con el contenido de las grabacione­s que motivaron el inicio de la investigac­ión española», pues apuntan que se habían detectado «una serie de sociedades y cuentas bancarias gestionada­s por residentes en Ginebra, que operarían como testaferro­s de Juan Carlos I». Con esta operativa, prosigue el juez, habrían circulado capitales que después fueron utilizados en inversione­s inmobiliar­ias en Londres, por lo que podría haberse cometido un delito de blanqueo de capitales.

Y como prueba de los vínculos entre las causas que se investigan en ambos países, el instructor recuerda que una de las conversaci­ones grabadas por Villarejo y que investiga la Fiscalía española también «alude a la construcci­ón de la línea de ferrocarri­l de alta velocidad, el llamado AVE del desierto, y cuya fase dos fue adjudicada en octubre de 2011 al consorcio Al Shoula Group compuesto por doce empresas españolas (entre ellas OHL, presidida por Juan Miguel Villar Mir) junto a dos saudíes (Al Shoula Group y Al Rosan Contractin­g)».

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AP El Rey Emérito, Juan Carlos I, en una imagen de archivo

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