La Razón (Levante)

La catastrófi­ca prima Filomena

- Francisco Marhuenda

EnEn 2012 irrumpió en nuestras vidas una prima muy desagradab­le que se llamaba de «Riesgo» y con la que nos acostumbra­mos a convivir. Era el termómetro que indicaba el desastre económico que sufría España con la crisis de deuda soberana que fue mal gestionada, como es habitual, por el PSOE. Es cierto que los españoles tenemos muy mala memoria y hemos vuelto a reincidir con otro gobierno socialista, pero que ahora es mucho peor porque además han regresado los comunistas como sucedió, desgraciad­amente, en la Segunda República. Estos días corría un meme muy divertido: «Han tenido que llegar los comunistas para que Madrid se parezca a Moscú». Y con la llegada de esta versión moderna de las plagas de Egipto nos hemos visto castigados por una nevada como nadie recordaba y que ha superado todas las previsione­s. Un buen amigo insiste en que el gobierno socialista-comunista esta lleno de gafes y, aunque no soy superstici­oso, debe tener algo de razón. Desde que el camarada Iglesias y los suyos se han subido al ascensor social de la política a ellos les va muy bien mientras que a España le va fatal. Hay que tener en cuenta que siempre les gusta igualar por abajo, para así controlar la sociedad y adoctrinar a los que anden despistado­s con las bondades del populismo chavista.

Ahora tenemos a la prima Filomena que ha convertido Madrid en una zona catastrófi­ca. Es algo sobre lo que no hay ninguna duda, salvo para aquellos miembros del gobierno que estén en sus cómodas casas construyen­do su estrategia política viendo por enésima vez la serie «Juego de tronos». No hay duda sobre la existencia de un componente ideológico al no querer adoptar las medidas que necesita no sólo la capital, sino toda la comunidad. El alcalde cifró ayer en 1.398 millones los daños que afectan a la ciudad y es fácil imaginar lo que representa el total. La cuestión de fondo es que los comunistas y una parte de los socialista­s contemplan la Nueva Política como un secuela de «Juego de tronos» en versión bolivarian­a y para sentar las bases de la spanish revolution necesitan la «destrucció­n» de Madrid. Es decir, que la situación sea tan mala que los madrileños den la espalda al PP y se pueda presentar la soñada moción de censura para acabar con Ayuso. Al final se verán obligados a aprobar la medida, pero las plagas comunistas, me temo, seguirán llegando con monótona regularida­d. El comunismo fue un desastre en la Segunda República y lo vuelve a ser ahora.

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