La Razón (Levante)

Sánchez apura declarar zona catastrófi­ca Madrid

Los precedente­s de desastre e inundacion­es se gestionaro­n en menos de una semana Marlaska exigió a Almeida un mail con su solicitud de ayuda en plena nevada

- Carmen Morodo -

El Consejo de Ministros que se reúne este martes podría, si el Gobierno quiere, dar luz verde a las primeras ayudas para paliar los daños causados por la borrasca Filomena. No hay ninguna traba jurídica ni burocrátic­a que lo impida. Sí, posiblemen­te, financiera, porque las arcas españolas están vacías. En plena pandemia, sin la ayuda del BCE, habría quiebra. La vicepresid­enta del Gobierno, como se hizo en anteriores legislatur­as, está habilitada para elevar un informe al resto del Gabinete con una primera valoración de los daños y su importe. Ni siquiera es necesario que esta reclamació­n se formalice por parte de otras administra­ciones. En el Gobierno de Rajoy todos los reconocimi­entos de zona catastrófi­ca se produjeron una semana después de producirse los daños.

Este martes hay reunión del Consejo de Ministros y si el Gobierno quiere, podría dar luz verde a las primeras ayudas para paliar los daños causados por la borrasca Filomena. No hay ninguna traba jurídica ni burocrátic­a que lo impida. Sí, posiblemen­te, financiera, porque las arcas españolas están vacías. En plena pandemia, sin la ayuda del BCE, habría quiebra.

En el Gobierno de Rajoy, por ejemplo, todos los reconocimi­entos de zona catastrófi­ca se produjeron la semana después de que tuvieran lugar los daños. La vicepresid­enta del Gobierno, como se hizo en anteriores Legislatur­as, está habilitada para elevar un informe al resto del Gabinete con una primera valoración de los daños y su importe. No es necesario, ni siquiera, que esta reclamació­n se formalice por parte de otras Administra­ciones territoria­les, ya que puede promoverla de oficio el Ejecutivo. Tampoco son necesarios informes periciales precisos.

El Consejo de Ministros, como es costumbre, aprueba un primer Real Decreto, en el que se habilita un crédito inicial, sectoriali­zado por Ministerio­s. Con una disposició­n transitori­a, que, a su vez, permite que ese crédito pueda ser ampliado en el futuro, o no llegue a agotarse, cuando se dispongan de los estudios e informes periciales definitivo­s.

Por tanto, si la declaració­n de zona catastrófi­ca no entra en el Consejo de Ministros de mañana será porque el Gobierno de Sánchez no lo considera oportuno, no porque haya trabas que se lo impidan. Aquí no vale la estrategia de buscar excusas «fake», como sí ocurrió con la rebaja del IVA de las mascarilla­s, que, según el Gobierno, no se podía aplicar porque Bruselas no lo permitía. Y Bruselas vino, y amonestó al Gobierno de coalición por mentir.

En el caso de las ayudas que reclaman distintas comunidade­s y ayuntamien­tos, la voluntad política es la que marca los plazos. Ayudas que, por cierto, no son para esas Administra­ciones públicas, sino que deben servir, principalm­ente, para rescatar a los ciudadanos más perjudicad­os por la tragedia, en este caso, por la borrasca

Filomena. Los seguros no cubren muchos de los daños.

Madrid se ha convertido en el símbolo de la pelea política que sigue al temporal de nieve. Y que, así lo ha reconocido hasta el PSOE regional, ha sido «una catástrofe» para los madrileños. Sin perjuicio de que tantos otros ayuntamien­tos tengan el mismo derecho a reclamar esas ayudas. Municipios de la España interior advierten de que, si Madrid es zona catastrófi­ca, ellos reclamarán porque entienden que la capital trata de tapar con su solicitud el haber gestionado mal el temporal.

La batalla política no faltó ni siquiera en los momentos más angustioso­s de la borrasca. Así, el pasado sábado 16, como prueba de la eficiencia de nuestros gestores, cabe describir la escena que recoge a primera hora del día la llamada llamada del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para pedir la ayuda de Protección Civil. La respuesta del ministro fue que había unos protocolos, al margen de la urgencia de la

situación, que había que cumplir. Y que exigían que desde la Alcaldía se remitiese un mail a la Dirección de Protección Civil, con el detalle de dónde, qué y cuándo. El detalle, no menor, es que todo Madrid estaba colapsado.

En este repaso de la gestión política, desde las autoridade­s madrileñas también reconocen que otros ministerio­s, como el de Fomento, que dirige José Luis Ábalos, sí han estado a la altura de las circunstan­cias excepciona­les provocadas por la nevada histórica. Ábalos ha ayudado «en todo lo que ha podido y con los instrument­o que tenía a su alcance». Lo mismo dicen de Defensa.

Pasó la borrasca, sigue la nieve, y el Gobierno filtra informes contra el Ayuntamien­to, y Almeida se quejaba ayer de que le hagan la zancadilla. Una semana después de que Filomena ahogara media España con toneladas de nieve, en la capital las calles secundaria­s siguen prácticame­nte intransita­bles. Los colegios siguen cerrados en toda la región y la basura se amontona en muchas esquinas. Una radiografí­a que sirve a otras Administra­ciones municipale­s para cuestionar la falta de previsión de las autoridade­s madrileñas, en comparació­n con lo que se ha hecho en otros pueblos con menos recursos. «Lo justo sería que a los recursos podamos acceder todos los que hemos sufrido el temporal»: es la demanda que se escucha desde la España interior. Las autoridade­s de Madrid comparten esa reivindica­ción. «Para los mismos daños, las mismas ayudas».

El Gobierno filtra informes contra el Ayuntamien­to de Madrid y Almeida se queja de que le hagan la zancadilla

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José Luis Martínez-Almeida visitó ayer una de las zonas afectadas por el temporal
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EFE

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