La Razón (Levante)

Alemania y Rusia tratan de superar sus diferencia­s

- Carmela Negrete -

Las relaciones entre Rusia y Alemania se han enfriado en los últimos meses. El caso del opositor ruso envenenado, Alexei Navalni, que ha sido tratado en un hospital berlinés, sería el último episodio de una serie de desencuent­ros entre ambos países. Pero no todo es tan sencillo.

Hasta ahora la llamada «energiewen­de», la salida de Alemania de las energías no renovables, pasa por un periodo de transición en el cual, tras cerrar las centrales nucleares, el país depende en parte del gas ruso llegado a través de un gasoducto llamado «Nordstream», cuya primera fase ya fue puesta en funcionami­ento, a la cual seguiría una segunda que lleva meses de retraso por los intereses políticose­ncontrados en la UE y EE UU, además de objeciones medioambie­ntales.

Hace dos semanas, la canciller alemana, Angela Merkel, habló con el presidente ruso, Vladimir Putin, por teléfono, la segunda llamada pública desde que se conociera el envenenami­ento de Navalni. En la conversaci­ón ambos líderes habrían discutido sobre una posible cooperació­n en la producción de vacunas.

estaría buscando suplir una parte de las vacunas con el preparado Sputnik V, así como Rusia estaría a la búsqueda de un lugar en el que aumentar la producción del mismo. Un negocio que, si bien resulta lógico desde la perspectiv­a de la lucha contra la pandemia, podría dar dolores de cabeza al Gobierno alemán debido a las sanciones de la UE contra Rusia.

Putin había escrito una misiva a la canciller el 30 de diciembre en el que exponía a Merkel y al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, su esperanza en el restableci­miento de buenas relaciones bilaterale­s. Éstas «tendrían una gran importanci­a para la estabilida­d y la seguridad del continente europeo».

Merkel, por su parte, aseguró el 16 de diciembre en el Bundesbarg­o, tag que quiere «tener buenas relaciones estratégic­as con Rusia» y que los principale­s escollos que ve para las mismas son la situación en Ucrania, así como los casos de Navalni y de un asesinato que tuvo lugar en Berlín y detrás del que, según la Fiscalía, se hallaría el servicio secreto ruso.

El gasoducto «Nordstream 2» debería haber entrado en funcionami­ento el año pasado. Sin emAlemania

Berlín depende del gas ruso para completar su transición energética hacia las fuentes renovables

por las sanciones norteameri­canas contra Rusia, las obras fueron paralizada­s. En el Congreso americano votaron tanto los republican­os como los demócratas por cargar el gasoducto «Nordstream» con dichas sanciones poco antes de que éste estuviera listo. El ex embajador estadounid­ense Richard Grenell aseguró en 2019 a la televisión pública alemana que «Alemania tiene que parar de alimentar a la bestia», un idioma y una forma de hacer política que desconocen buena parte de la historia reciente alemana y sus lazos fraternale­s con el país vecino.

El portavoz de Energía de la Unión Cristianod­emócrata le respondía entonces que EE UU perseguía sus propios intereses en materia energética y no eran idénticos con los alemanes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain