«VOX ES EL FASCISMO EN ESPAÑA, COMO TRUMP LO ES EN ESTADOS UNIDOS»
RafaelRafael Simancas es de esa clase de políticos cuya trayectoriapegadaauncargo institucional y a la canonjía correspondiente se pierde en los confines de los tiempos. Es un dato. No habla ni bien ni mal de aquellos que en este país están lejos de encontrarse en peligro de extinción. Son los que en otros tiempos se relataba con chanza que se subieron a un coche oficial para hacer la primera comunión ynosehabíanbajadodesdeentonces. Simancas acarició las mieles de la gloria que se convirtieron en hieles de un día cuando el Tamayazo sepultó sus aspiraciones. Se enteró en la antesala del despacho presidencial de la Comunidad de Madrid que nunca lo pisaría con la magistratura bajo el brazo. Por menos hay quien pena un estrés postraumático de por vida, aunque la terapia del escaño vitalicio ha sido una respiro que ha dado resultados. Y en esas sigue. Un disciplinado y entregado servidor del sanchismo, que forma tándem con Adriana Lastra, para lo que haga falta, contra quien sea y junto a aquel que sea preciso. Por eso, Simancas, personalidad moldeable y ajustable a cualquier coyuntura y de espíritu belicoso y de trinchera, es apreciado por sus jefes. El trabajo sucio en política, mancharse las manos y pisar el barro exige compromiso, lealtad y memoria para atenerse al argumentario oficial, se tenga o no talento. «Vox es el fascismo en España, como Trump lo es en Estados Unidos» es una sentencia que los propagandistas de Moncloa y Ferraz han impuesto como un padrenuestro para toda la lede lede demócratas y se maneja con el polígrafo detector de ultras, extremistas o facinerosos con la autoridad que le concede conocer bien de qué habla, de tratarlos e incluso de compartir proyecto y alianza. El diputado pasó de abroncar a Pablo Iglesias por jalear la libertad de Otegi y recordar los entierros de compañeros asesinados por los que no condenan el terrorismo a abrazarse y pactar con el brazo político de ETA porque «salva vidas». Tragaderas y desmemoria. En fin, que sí, que de fascismosabe,losconoce,acuerdacosas con ellos, los aplaude en el Parlamento. Tan amigos.