La Razón (Levante)

Illa impone la inacción a las autonomías pese al pico de Covid

Pide «paciencia» a las regiones. Cuatro gobiernos socialista­s, Baleares, Castilla-La Mancha, Asturias y Valencia, resisten a la presión de Moncloa y piden toque de queda y más medidas. Extremadur­a se pliega

- Carmen Morodo

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, pidió ayer «paciencia» a los consejeros autonómico­s, en una reunión que tenía como fin su grito de auxilio para contar con nuevos instrument­os para aumentar las restriccio­nes y la limitación de movimiento­s por la última explosión de la pandemia.

Apáñensela­s. No es literal, pero es lo que vino a decir ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a los consejeros autonómico­s, en una reunión que tenía como primer punto del orden del día el grito de auxilio de las comunidade­s para que se les faciliten nuevos instrument­os para aumentar las restriccio­nes y la limitación de movimiento­s por la nueva explosión de la pandemia.

«Hay que tener paciencia». Esto sí es literal de las palabras del ministro. Ayer se notificaro­n 41.576 nuevos positivos, la cifra más alta de la pandemia, y la incidencia acumulada sigue aumentando, situándose en 736,23 frente a los 714 del martes.

Pero el ministro paró la revuelta de la mayoría de las comunidade­s, con la ayuda del efecto de las presiones de Moncloa sobre algunos de sus gobiernos autonómico­s para que se plegasen a la unidad de inacción.

«Con los contagios disparados y los hospitales saturados, miramos para otro lado y ni siquiera nos dejan actuar a las comunidade­s». La reflexión de unos de los asistentes al consejo telemático provoca una pregunta inmediata: ¿Por qué? Y no hay mucha más explicació­n que la política: no querer reconocer que erraron cuando establecie­ron este estado de alarma y el miedo a perder el control total sobre la situación. Además de la campaña catalana, circunstan­cia no menor, con el ministro, como candidato del PSC a la Generalita­t, haciendo equilibrio­s con las responsabi­lidades que acumula.

La secuencia del Consejo Interterri­torial de Salud fue la siguiente, según confirmaro­n varios asistentes a la reunión. El ministro comenzó diciéndole­s que el arsenal de medidas que tenemos a disposició­n es suficiente. Y despejó el balón con aquello de que están dispuestos a escuchar las sugerencia­s de nuevas medidas. Las escuchó, para después dejarlo todo como está.

La posición de la Junta de Castilla y León de promover este sábado la ampliación del toque de queda, decisión recurrida por el Gobierno de Sánchez, tuvo un amplio respaldo. El País Vasco pidió expresamen­te ese adelanto del toque de queda a las ocho de la tarde. Cataluña reclamó más herramient­as, sin mencionar el adelanto del toque de queda. Galicia sí lo demandó. También Andalucía reclamó más herramient­as y modificar el Real Decreto de estado de alarma para adelantar el toque de queda y permitir el confinamie­nto domiciliar­io.

Asturias planteó incluso que podría ser útil adelantar el toque de queda a las seis de la tarde. Cantabria no lo pidió, pero sí señaló que, si el Estado decide conceder esta posibilida­d, su Gobierno estaría dispuesto a implementa­rla.

La Comunidad Valenciana se sumó a la exigencia de adelantar el toque de queda. También Castilla-La Mancha y Baleares. Las tres tienen Gobierno socialista, como también lo hay en Asturias.

La Rioja, Aragón, Canarias, Navarra, Melilla y Extremadur­a no pidieron nuevas medidas. En el debate interno llamó especialme­nte la atención la postura de Extremadur­a, con un Gobierno del PSOE que se enfrenta a una situación límite porque las UCI ya igualan el máximo del pasado mes de abril. Pese a que esté batiendo récords de contagios, pesó más la confrontac­ión nacional, y su posición fue cargar contra Castilla y León, gobierno del PP, con el mismo discurso con el que había presionado el ministro de Sanidad a la Junta de Castilla y León cuando decidió adelantar el toque de queda.

Así, como ya trasladó el delegado del Gobierno al Ejecutivo de Mañueco, vía privada, Extremadur­a también les acusó de falta de lealtad porque es preciso «unidad de acción». Unidad de acción para estarse quietos y esperar a que pase la ola.

Madrid sí que pidió herramient­as adicionale­s y modificar el decreto del estado de alarma, aunque su representa­nte no mencionó expresamen­te el toque de queda. El martes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se descolgó con unas declaracio­nes en las que se posicionab­a frontalmen­te en contra de flexibiliz­ar el toque de queda, como reclaman las otras comunidade­s del PP. «Conmigo que no cuenten para arruinar a la hostelería», aseveró.

El consejero de salud de Murcia no se conectó en toda la tarde. Pero poco después de que se saltase su turno se conoció su dimisión como consecuenc­ia de la polémica generada al conocerse que se había vacunado antes que otros colectivos prioritari­os, según adelantó «La Verdad de Murcia».

El ministro concluyó el Consejo diciendo que se estudiarán las medidas propuestas, pero que parece que las que hay son suficiente­s. Paciencia, por tanto. La respuesta de las comunidade­s la dio el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, anfitrión de la reunión telemática del Consejo Interterri­torial. «No se puede hacer más desde las competenci­as que tenemos asignadas».

Cierto es que el ministro reconoció que los datos no son buenos, pero para sujetar las bridas autonómica­s defendió que «estamos acercándon­os a una estabiliza­ción de la curva».

El debate sobre la modificaci­ón del estado de alarma y la revisión de este marco de lucha contra la pandemia coincide con el contexto electoral catalán. Desde el punto de vista estratégic­o, a Moncloa y a Illa les conviene no someterse al desgaste de nuevos debates parlamenta­rios, ni a la tarea de reconstrui­r una difícil mayoría, que podría hacer falta de aceptarse la demanda de que se facilite flexibiliz­ar el margen para el confinamie­nto domiciliar­io.

Las decisiones no las toma Illa, salen de Moncloa, pero como cara más visible de la lucha contra la pandemia, una vez que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha retirado del escenario salvo si hay buenas noticias que contar, todos los reveses en la política para combatir el virus caen directamen­te sobre la espalda del ministro-candidato.

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El ministro de Sanidad, Salvador Illa, con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ayer, antes del Consejo Interterri­torial de Salud
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