Icono del «Black Lives Matter»
La ex senadora de 56 años hace historia al convertirse en la primera mujer que alcanza la Vicepresidencia
Entre todos los acontecimientos que escribían, por primera vez, momentos históricos de la esperada jornada en Washington, uno de los más destacados fue la jura del cargo de Kamala Harris. La hasta ahora senadora y ex fiscal general por California se convertía en la primera mujer en alcanzar la Vicepresidencia de Estados Unidos. Vestida de llamativo morado, el color que simboliza la lucha de las mujeres por la igualdad de género, Harris dirigió frecuentes miradas de complicidad a quien le escogió en el cargo, el recién elegido presidente Joe Biden y a su marido Dough Emhoff, en una ceremonia marcada por las restricciones sanitarias por la pandemia de la covid -19 y las medidas de seguridad.
Biden es el presidente de mayor edad en la historia de EE UU, lo que convierte a su mano derecha, Harris, en la futura candidata presidencial en 2024. El demócrata ya anunció que, de ganar la Presidencia, le cedería a su vicepresidente la reelección. «Preparada para servir», aseguró Harris en su primer mensaje a través de su cuenta de Twitter oficial como vicepresidenta de la nación norteamericana. Harris recitó el texto protocolario ante la magistrada Sonia Sotomayor, la primera jueza hispana del Tribunal Supremo, nominada por el ex presidente demócrata Barack Obama en 2009.
La vicepresidenta, de 56 años, utilizó dos biblias, una que perteneció a una amiga y vecina de su familia, Regina Shelton –de la que dijo que ha sido como una segunda madre para ella–, y otra que fue del primer afroamericano del Supremo, Thurgood Marshall. Minutos antes de jurar su cargo, ha compartido un mensaje en la red social Twitter: «Por la gente, siempre». Asimismo, Harris fue escoltada al acto de toma de posesión por Eugene Goodman, el policía del Capitolio que se convirtió en el rostro de la resistencia a los partidarios del presidente saliente, Donald Trump, que asaltaron el Capitolio el 6 de enero dejando cinco muertos y conmocionando profundamente a Estados Unidos. La vicepresidenta sube un nuevo escalón en una carrera política en la que también ha sido la primera mujer negra fiscal general de California y la segunda senadora negra de Estados Unidos. Hija de inmigrantes –padre jamaicano y madre india–, su figura se contrapone a la de Joe Biden –hombre, blanco y de mayor edad–, más acorde con el «establishment» tradicional de Washington. Según «Politico», tras la separación su madre las crió a ella y a su hermana, Maya, en el piso de arriba de un dúplex de color amarillo en Berkeley (California). Su nombre, Kamala, hace mención a su origen indio, ya que significa «loto» y es una de las denominaciones de la diosa hindú Lakshami. Su madre afirmaba en 2004 al diario «Los Angeles Times» que «una cultura que adora a las diosas produce mujeres fuertes». Prueba de la influencia de su progenitora es que Harris mencionó a su madre durante su discurso en la Convención Nacional Demócrata: «Acepto la nominación a la Vicepresidencia de EE UU. Lo hago comprometida con los valores que ella [su madre] me dio, con la Palabra [de Dios] que me enseña a andar con fe, y no por la vista, y con una visión transmitida a través de generaciones de estadounidenses que Joe Biden comparte», subrayó. Pese a su origen multicultural, Harris prefiere describirse a sí misma simplemente como «una estadounidense», y asegura que siempre se ha sentido bien con su identidad, como explica en su autobiografía «The Truths We Hold». La senadora atribuye a su madre el mérito de no haber tenido problemas de identidad, ya que creció bebiendo de la cultura india, pero al mismo tiempo sintiéndose orgullosa de ser afroamericana. Es el nuevo símbolo de la inclusión.