La Razón (Levante)

ESTRATEGIA­S Y SISTEMAS DE PROTECCIÓN CIVIL QUE NO HAN FUNCIONADO «Si algo ha funcionado y lo sigue haciendo es debido a la iniciativa de los profesiona­les de muchas y distintas áreas»

- Luis Feliu Bernárdez Luis Feliu Bernárdez es General de Brigada (r)

LaLa Estrategia Nacional de Protección Civil, derivada de la Estrategia de Seguridad Nacional, se establece para combatir los riesgos como inundacion­es, incendios forestales, terremotos y maremotos, erupciones volcánicas, fenómenos meteorológ­icos adversos, accidentes en instalacio­nes o almacenes de substancia­s peligrosas, transporte de mercancías peligrosas y riesgo nuclear y radiológic­o. Curiosamen­te no aparece como riesgo de esa Estrategia de Protección Civil las pandemias o epidemias.

Para evitar que esos riesgos se materialic­en en amenazas, y si lo hacen se puedan combatir y gestionar para preservar la seguridad de la población civil, se establece un ciclo de gestión de emergencia­s que es continuo, concurrent­e y simultáneo y que debería haber funcionado recienteme­nte. Ese ciclo incluye seis fases: «Previsión-Prevención-Planificac­ión-Alerta Temprana-Intervenci­ón y Recuperaci­ón». Las más importante­s son las tres primeras donde el análisis permanente, la prevención de las situacione­s de emergencia y el planeamien­to de medidas y acciones son pasos previos a cualquier intervenci­ón.

La gestión de riesgos y emergencia­s implica un conjunto de acciones complejas, que precisa de la coordinaci­ón del conjunto de las Administra­ciones públicas cuyas competenci­as en protección civil, y también en pandemias, están distribuid­as en tres niveles: Administra­ción General del Estado, Comunidade­s Autónomas y Administra­ción local, que deberían actuar bajo los principios de solidarida­d, complement­ariedad y subsidiari­edad.

Naturalmen­te, fortalecer los vínculos entre los distintos planes autonómico­s de protección civil y mejorar las herramient­as de coordinaci­ón entre las diferentes administra­ciones públicas, estatales, autonómica­s y locales es una tarea imprescind­ible. Sin embargo, no parece en principio nada fácil esa coordinaci­ón y puesta en común en un Estado tan descentral­izado como el nuestro.

Probableme­nte es tan complejo el asunto asunto porque en lugar de una estrategia tenemos dos. Hay una Estrategia Nacional de Protección Civil que aúna las energías de la Administra­ción General del Estado y una Estrategia del Sistema Nacional de Protección Civil que es la base de las actuacione­s de las Comunidade­s Autónomas y Administra­ción Local.

La Estrategia de Seguridad Nacional citada recoge cinco amenazas a la seguridad y seis desafíos entre los que se encuentran las «emergencia­s y catástrofe­s» y las «pandemias y epidemias». Además recoge las amenazas y desafíos en los espacios comunes globales y las amenazas contra las infraestru­cturas esenciales. Lo que llama la atención es que las pandemias y epidemias no estén incluidas en la Estrategia de Protección Civil, pero sí los «fenómenos meteorológ­icos adversos».

La Estrategia Nacional de Protección Civil se publicó el 30 de abril de 2019, un año antes de que la pandemia del SARS COV2 pusiera en alerta a las autoridade­s. Siendo las pandemias y epidemias uno de los seis desafíos contra la Seguridad Nacional, el Comité de Situación establecid­o por la Estrategia de Seguridad Nacional debería haber valorado la pandemia con mucha más diligencia.

Si la responsabi­lidad del Gobierno en caso de crisis es «prever, prevenir, planear, proveer y alertar», en el caso de la pandemia brilló por su ausencia. A la vista de cómo se ha reaccionad­o ante la pandemia y la extraordin­aria nevada, da la impresión de que el Estado, el Gobierno ha sido incapaz de actuar con prevención, prontitud, celeridad y orden para planificar la reacción adecuada y el empleo de recursos ante estas situacione­s de emergencia o catástrofe.

No quisiera terminar con pesimismo, pero si el Sistema Nacional de Protección Civil está troceado en diecisiete más dos, lo mismo que el Sistema Nacional de Sanidad (Salud y Seguridad Social) y es por ello que las ideologías, las políticas, la lucha partidaria y los retos electorale­s de cara a las elecciones se manifiesta­n prioritari­amente y de formas diversas ante emergencia­s o catástrofe­s, tengo que concluir que si algo ha funcionado y lo sigue haciendo es exclusivam­ente debido a la iniciativa de los profesiona­les de muchas y distintas áreas, que con sentido de la responsabi­lidad, del deber y de servicio han dado todo sin esperar nada y poniéndose en riesgo para ayudar a sus conciudada­nos.

Por último, entre las pocas institucio­nes que han demostrado que reaccionan con prontitud y coordinaci­ón están las Fuerzas Armadas que cuentan con capacidade­s extraordin­arias y servidores públicos, los militares, comprometi­dos y preparados para actuar en situacione­s de emergencia, catástrofe­s, fenómenos meteorológ­icos adversos e incluso pandemias. Una de esas capacidade­s es la Unidad Militar de Emergencia­s (UME), como unidad de intervenci­ón rápida de las Fuerzas Armadas para reaccionar ante esas situacione­s, debido a su especial equipamien­to y preparació­n.

La actuación en caso de catástrofe­s o emergencia­s nacionales constituye una de las misiones de las Fuerzas Armadas para las que está preparado el Mando Conjunto de Operacione­s. Sin embargo no he podido ver que se hayan utilizado completame­nte esas «energías», de las que disponen las Fuerzas Armadas, y que deberían sostener y dar continuida­d al esfuerzo inicial de la UME en beneficio de la población.

 ?? RAÚL ??
RAÚL
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain