El coche del futuro y las ciudades
El diseño de las ciudades en las que vivimos estuvo marcado por dos grandes acontecimientos: el motor de combustión interna y la electricidad generada de forma centralizada. En la próxima década, la convergencia de vehículos eléctricos, autónomos y bajo demanda, transformará las ciudades una vez más. Un informe realizado por el economista Tony Seba, universidad de Stanford, estima que para 2030, el 90% de los kilómetros recorridos por clientes particulares serán atendidos por automóviles propiedad de empresas de tecnología que brindarán a sus clientes el «coche como servicio». Operarán tal como lo hacen hoy las plataformas de transporte compartido, con la diferencia de que no habrá conductor y los coches serán, en su gran mayoría, eléctricos. El coste de estos servicios será hasta 10 veces más barato que comprar y tener un coche en propiedad, lo que significará que la propiedad del automóvil y la era del motor de combustión llegarán a su fin. El transporte se volverá tan barato que muchos comercios pagarán para transportar clientes potenciales a sus tiendas en lugar de esperar que los compradores acudan a sus establecimientos. Las tiendas físicas tendrán la competencia no solo del comercio electrónico, sino también de las tiendas móviles que llevarán sus bienes y servicios a los clientes. Adicionalmente hoy en día el coche pasa aparcado un 96% del tiempo, pero la llegada del vehículo eléctrico autónomo reducirá este porcentaje. Como consecuencia de ello, el espacio de aparcamiento liberará hasta un tercio de superficie terrestre en las ciudades, ofreciéndonos una oportunidad única en la vida de remodelar el paisaje urbano. Debemos planificar las ciudades en las que queremos convertirnos en 10 años y no las que somos hoy. Con una planificación adecuada podemos aprovechar el enorme potencial de una revolución en la energía y el transporte de forma que cree riqueza, salud y estabilidad para la sociedad.