La Razón (Levante)

La nueva ola que desmonta a la ministra Montero

Voces como las de Lidia Falcón, Loola Pérez, Cuca Casado o Miriam Tey se unen con fuerza para criticar las fallas y problemáti­cas que conlleva la expansión de un feminismo hegemónico

- POR REBECA ARGUDO

Las voces disidentes, aquellas que no están de acuerdo con una suerte de feminismo hegemónico, han perdido el temor a alzarse y manifestar la discrepanc­ia. Por feminismo hegemónico o dominante nos referimos a la facción más radical de un movimiento que, aupado y espoleado por medios de comunicaci­ón y personalid­ades públicas, se ha instalado en las institucio­nes, empeñado en imponer su moral. Un feminismo teóricamen­te heterodoxo y que, sin embargo, controla ya todas las palancas del poder, de los consejos de administra­ción de los gigantes de Silicon Valley a las redaccione­s de los grandes periódicos estadounid­enses y de los lemas publicitar­ios al BOE español.

Sin embargo, cada vez más mujeres se alejan de un movimiento identitari­o que se empeña en presentarl­as como sujetos frágiles y victimizad­os, al tiempo que señalan al varón como responsabl­e y culpable único. A despecho de unas redes clientelar­es diseñadas para premiar a los que siguen el discurso fijado y castigar a los díscolos, se discuten y desmontan algunos de los principale­s postulados sobre los que se sustenta y empieza a desaparece­r el silencio cómplice, el miedo a ser señalados y etiquetado­s, a ser acusados de alentar todos los males y legitimar toda injusticia. En los últimos días, la organizaci­ón Confluenci­a Movimiento Feminista (CMF) pedía al presidente del Gobierno el cese de Irene Montero como titular del Ministerio de Igualdad. Lidia Falcón, presidenta de la Confederac­ión de Organizaci­ones Feministas del Estado Español (COFEM) y fundadora del Partido Feminista de España en 1979, cree que no se puede llamar feminismo a lo que este ministerio representa. «Son el caballo de Troya de diversos lobbies, incluido el lobbie de la mafia de la prostituci­ón, y han sido alentados por ese partido, Podemos, que es una

«El feminismo actual ha puesto sobre el tapete de la discusión algunos asuntos que vale la pena debatir», asegura De Lora

«Ya no luchamos por la liberación contra el capital, sino por defender nuestra identidad», subraya Lidia Falcón

«No hay espacio para la crítica razonada y el argumento razonable», denuncia la escritora y sexóloga Loola Pérez

«Hay otro machismo paternalis­ta y condescenc­iente disfrazado de falso feminismo», señala Sergio Candanedo

mezcla de populismo y de fascismo. Hasta esta etapa, penosa, el movimiento feminista nunca planteó ni defendió muchos de los asuntos que ellos defienden», sostiene. «No tiene nada que ver con el feminismo mejor, es el enemigo del feminismo».

Cuca Casado, coautora del libro «Desmontand­o el feminismo hegemónico», coordinado por Irune Ariño y editado por Unión Editorial, señala su falta de rigor y de evidencias como principal defecto de un movimiento heredero del feminismo radical de la segunda ola, influído por el marxismo y cuyo objetivo es dictar la moral que ha de imperar a través de la legislació­n, marcando la agenda política de gobiernos y medios de comunicaci­ón. «Esto ha generado una red clientelar de organizaci­ones subvencion­adas y ha abortado la posibilida­d de disentir o abordar cualquier cuestión de forma diferente a la impuesta», añade.

Empatía hacia las mujeres

Para Pablo de Lora, profesor de Filosofía del Derecho y autor de «Lo sexual es político (y jurídico)», «desde el punto de vista teórico, es un movimiento “zombi” pues sus deseos originales –los que tienen que ver con la lucha contra la discrimina­ción y la igualdad básica en derechos– han muerto de éxito, pero esa estela de prestigio sirve para encauzar demandas políticas que no tienen que ver necesariam­ente con el feminismo: la lucha contra el cambio climático, anticapita­lismo, derechos de los trans...». Puestos a encontrarl­e virtudes, explica que éste habría puesto «sobre el tapete de la discusión algunos asuntos que vale la pena debatir, como por ejemplo el valor del consentimi­ento en las relaciones sexuales, o cómo regular el fabuloso avance de las técnicas de reproducci­ón humana asistida, más específica­mente la licitud de la gestación por sustitució­n». En este sentido, Sergio Candanedo, también conocido como UTBH y coautor del libro «Prohibir la manzana y encontrar la serpiente», señala su capacidad para aprovechar la empatía hacia las mujeres víctimas y el rechazo social que produce la violencia hacia estas, «hasta el punto de haber convencido a unos cuantos de que hay un nexo en común entre abrir demasiado las piernas en el metro o equivocars­e al servir la fanta y la cerveza con el asesinato conyugal».

Entiende Candanedo que «de la empatía de la sociedad hacia los problemas de las mujeres se aprovecha una élite que parasita nuestras administra­ciones públicas y que, con la complicida­d de distintos medios de comunicaci­ón y personalid­ades de redes sociales, trabaja de forma diligente en la cuestionab­le labor de criminaliz­ar a los hombres y aterroriza­r a las mujeres». «Busca victimizar a la mujer como sujeto antropológ­ico y al mismo tiempo criminaind­ividual, lizar a aquellas que tienen una vida sexual no convencion­al», añade Sofía Rincón, artista y coautora del libro «Hombres y Sombras, contra el feminismo hegemónico», editado por Miriam Tey para ED Libros. «Ambas posturas» explica «se sustentan en la extrapolac­ión de las conductas machistas a todo ámbito y fenómeno de la vida, obviando o trivializa­ndo factores que puedan alterar las tesis que mantienen». «Promueve la confrontac­ión entre sexos, el tribalismo, el identitari­smo, la intoleranc­ia, el prejuicio, la discrimina­ción y la desigualda­d ante la ley», zanja Sergio.

«Lo que importa» dice Falcón «es la lucha identitari­a, la identidad. Ya no luchamos por la liberación contra el capital, por ejemplo, sino por defender nuestra identidad. Se trata de un discurso perverso, que manipula los sentimient­os. Al final sólo importa cómo te sientes». Precisamen­te Miriam Tey, editora, escritora, y directora del Instituto de la Mujer entre los años 2003 y 2004, reflexiona: «Aunque los derechos se han ido alcanzando en Occidente y las cuotas de poder a las que ha accedido la mujer han crecido, seguimos entretenid­as con simbología­s vacías, enredándon­os en gramáticas erráticas, y sin cuestionar­nos de forma descarnada dónde queremos llegar realmente, si estamos dispuestas al pago y las renuncias que implica el trayecto y cuál es de verdad el lugar al que queremos dirigirnos. Si es aquel ya ocupado por otros o todavía debemos inventarno­s una Ítaca propia». «Para mí el feminismo constituye una reivindica­ción de la autonomía y responsabi­lidad el respeto a la diversidad o la defensa de que el sexo/ género no es una categoría puramente social», explica Loola Pérez, sexóloga y autora de «Maldita Feminista», editado por Seix Barral. «Esto hace que tome distancia con el feminismo hegemónico. Se presenta a caballo entre una ideología culpable y una ideología culpabiliz­adora. Recurre a la simplifica­ción, la infantiliz­ación, el dogmatismo y la polarizaci­ón. No hay espacio para la crítica razonada y el argumento razonable. Ante ello, la desacredit­ación, el insulto y la presunción de ‘‘machista’’ constituye­n las estrategia­s más populares para evitar el debate o desestimar la disidencia dentro del propio movimiento feminista».

«En términos generales», cuenta Candanedo, «el machismo explícito y directo produce un profundo e inmediato rechazo en una gran mayoría social, sin embargo hay otro machismo indirecto, paternalis­ta y condescend­iente, disfrazado de falso feminismo, que defiende que la autonomía y la posibilida­d de desarrollo de las mujeres dependa de la intervenci­ón y limosna estatal». Así las cosas, el objetivo del feminismo hoy en día pasaría por «la emancipaci­ón de las mujeres, la garantía de sus derechos básicos, de su educación y condicione­s mínimas que les pueden desarrolla­r como agentes morales autónomos, en aquellos países donde eso dista mucho de realizar (países donde religiones misóginas permean las institucio­nes y el poder político)» según Pablo de Lora.

La auténtica revolución

«En Occidente» añade «me parece que el feminismo debería estar bien afanado en combatir el puritanism­o sexual que las peores versiones del feminismo han contribuid­o a desplegar desde hace unos años». Coincide Casado en que si realmente el feminismo busca emancipar a las mujeres «debería trasladars­e a los países en los que las mujeres tienen un status jurídico inferior al de los hombres y gozan de menos derechos que estos; cuestión que en España, en concreto, y en Occidente, en general, está resuelta. Y si busca resolver las problemáti­cas en torno al género, que defiendan políticas públicas basadas en la evidencia, sin perder de vista las cuestiones que afectan a los hombres más que a ningún otro grupo poblaciona­l». «La igualdad entre los sexos como valor, como derecho, se está devaluando ante un feminismo hegemónico más interesado en la ideología que en proporcion­ar a la sociedad conocimien­to, educación, justicia» remarca Loola Pérez.

«El único movimiento feminista que tendría sentido dentro de las sociedades occidental­es hoy en día», concluye Candanedo, «sería la revolución de las mujeres contra el propio feminismo hegemónico».

 ??  ?? Figuras como Lidia Falcón han pedido el cese de Irene Montero como Ministra de Igualdad
Figuras como Lidia Falcón han pedido el cese de Irene Montero como Ministra de Igualdad

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain