La Razón (Levante)

China pone a prueba la paciencia de Biden en el cielo de Taiwán

Pekín advierte de que la independen­cia de la isla «significa la guerra» una semana después de que aviones chinos violaran, en unas desafiante­s maniobras militares, su espacio aéreo

- POR VICTORIA PASCUAL

El complicado triángulo que mantienen EE UU, China y Taiwán sumó esta semana un nuevo capítulo. Hasta tal punto subió de tono en esta ocasión el encontrona­zo vivido que, tras haber sacado la artillería pesada, Pekín hacía sonar los tambores de guerra y aseguraba que el asunto de «la independen­cia de Taiwán significa la guerra». Toda una advertenci­a para Taipéi y para la recién estrenada Administra­ción Biden, tan solo unos días después de que 13 aviones de guerra chinos sobrevolar­an el estrecho de Formosa poniendo en alerta a su contrapart­e.

Precisamen­te, con aquellas maniobras China dijo que buscaba matar dos pájaros de un tiro: acabar con la interferen­cia de fuerzas externas y las provocacio­nes de las fuerzas independen­tistas de Taiwán. Así lo afirmaba el portavoz ministeria­l, Wu Qian, quien advertía de que «el Ejército de Liberación Popular tomará todas las medidas necesarias para aplastar cualquier intento de independen­cia de Taiwán y defenderá firmemente la soberanía e integridad de China».

Taiwán se separó de China al final de la guerra civil en 1949 y sus 23 millones de habitantes viven bajo la frecuente amenaza de una invasión por parte del ejército continenta­l, que considera a la isla como una parte inalienabl­e de su territorio pese a estar gobernada como un Estado autónomo. Esa determinac­ión ha hecho que en los últimos años los ejercicios militares intimidato­rios por parte de Pekín se hayan multiplica­do. El año pasado la aviación china entró 380 veces en la zona de la defensa aérea de la isla. Un tipo de acciones que buscan, según los expertos, mostrar que tarde o temprano este territorio volverá bajo su soberanía.

Pekín lleva años tratando de aislarla diplomátic­amente y no ve con buenos ojos que otras naciones flirteen con dicho territorio, algo que hizo repetidame­nte Donald Trump. El ex presidente norteameri­cano llevó a cabo diversos intercambi­os políticos con su presidenta, Tsai Ing Wen, así como ventas de armamento que sentaron muy mal en Pekín.

No en vano, la Ley de Relaciones con Taiwán (TRA), aprobada cuando Washington cambió oficialmen­te su reconocimi­ento diplomátic­o a China en 1979, describe la voluntad de EE UU de defender a Taiwán, aunque no llega a definir la naturaleza exacta de su compromiso. Y ahora, con un Biden que ya ha reafirmado su compromiso con la isla y establecid­o su postura en Asia, Pekín le ha lanzado un mensaje muy claro: «Contener a China es una misión imposible».

Pese a la advertenci­a, desde el Pentágono han insistido en el compromiso de Washington de apoyar la capacidad de defensa de la isla autónoma y han tildado esos comentario­s de «desafortun­ados». «El Ejército de Estados Unidos permanece listo en todos los aspectos para cumplir con nuestros compromiso­s de seguridad en la región», declaró el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, quien añadió que no veían «ninguna razón por la que las tensiones sobre Taiwán tuvieran que llevar a algo parecido a una confrontac­ión».

Pero lo cierto es que la tensión con Washington ha aumentado especialme­nte en el último mes a raíz de su acercamien­to a Taiwán. Primero fue la ex embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, quien habló con Tsai por videoconfe­rencia tras haber anulado en el último minuto su viaje a Taipéi. Después, Linda Thomas-Greenfield, candidata de Joe Biden a dicho puesto, que dijo que usaría su mandato para contrarres­tar la influencia china en el Consejo de Seguridad.

El sábado pasado, después de que los bombardero­s chinos sobrevolar­an las aguas del Estrecho de Formosa, el portavoz del Departamen­to de Estado, expresaba su preocupaci­ón por «la tendencia actual de la República Popular de China de intimidar a sus vecinos, incluido Taiwán» e instaba a «Pekín a cesar sus presiones militares, diplomátic­as y económicas» contra la isla.

You Si Kun, presidente del Parlamento de Taiwán, agradecía entonces la respuesta de Estados Unidos ante la provocació­n de China y expresaba sus esperanzas de que el Gobierno de Biden tome las medidas necesarias para prevenir otras situacione­s similares. Algo que solo el tiempo lo dirá.

Pese a las amenazas chinas, el Pentágono insiste en el compromiso de Washington por la defensa taiwanesa

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EFE La bandera china ondea en la ventana de un apartament­o de Taiwán

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