El cáliz profanado en Irak llega a la Región de Murcia
Desde hoy, la Diócesis de Cartagena recibe la sacra copa tras haber recorrido parte del mundo
En el año 2014, terroristas del Dáesh desmantelaron y profanaron la iglesia de Qaraqosh, una población asiria perteneciente a la gobernación de Nínive, al norte de Irak. Entre las piezas sustraídas se hallaba un cáliz que los extremistas emplearon como diana en una llanura cercana.
La población católica de la zona se vio abocada a huir al desierto abandonando su hogar y su tierra como precio por no renunciar a su fe. Fruto de estos hechos, aconteció algo que estaba lejos de los propósitos de los terroristas: el cáliz se convirtió en un emblema para los cristianos, un signo que recuerda que la persecución religiosa es algo muy actual y una invitación a la oración.
Así lo puso ayer de manifiesto la Diócesis de Cartagena antes de anunciar que el cáliz llegará hoy a la Región de Murcia tras haber recorrido parte del mundo.
El cáliz profanado de Irak fue recuperado de las llanuras de Nínive y se volvió a consagrar, dejando intacto en él la melladura e imperfecciones sufridas a causa de la bala, como testigo de esta realidad persecutoria; un tiro al blanco que provocó un orificio por el que entró el proyectil y cuya salida reventó la mitad de la copa.
La Iglesia católica siria, perteneciente a una de las 24 Iglesias sui iuris, donó la pieza a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, encargada ahora de acercar este cáliz a todas las diócesis del mundo, «llevando con él los testimonios y sufrimientos de aquellos que son perseguidos por su fe», tal y como apostilla Sergio Rivas, responsable del Levante de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
La sacra copa ha viajado ya por gran parte del mundo, llegando a España desde Estados Unidos, lugar de su última estancia.
La Diócesis de Málaga, fue la primera en recibirlo en España a finales del verano pasado y tras realizar un periplo por diferentes iglesias españolas, a partir de hoy estará en la Diócesis de Cartagena desde la de Orihuela.
Así, desde el 13 de febrero, el cáliz profanado de Qaraqosh permanecerá en la ciudad de Murcia siguiendo un recorrido aún por determinar.
Rivas afirmó que «a los cristianos perseguidos, al igual que a este cáliz, también les disparan, también les matan, también les impiden vivir libremente su fe. De esta forma, con sus sufrimientos y con su vida están dando testimonio a este mundo».
La Fundación ofrece la oportunidad de «palpar de cerca» una realidad que continúa patente en la historia. Por ello, Rivas cuenta que «la gente, al verlo, se queda impresionada; no te esperas encontrarte con un cáliz reventado, y es entonces cuando se es consciente de la realidad y del sufrimiento de muchos cristianos perseguidos en el mundo».
Los extremistas del Dáesh emplearon el cáliz como diana, lo que lo convirtió en todo un símbolo para los cristianos perseguidos