La Policía tapó a Villarejo en un caso de corrupción para no desvelar Kitchen
El exagente advirtió de que su móvil tenía conversaciones con el chófer de Bárcenas
La cúpula policial del Gobierno de Mariano Rajoy tapó la presunta implicación de José Manuel Villarejo en un caso de corrupción para evitar que se desvelara la «operación Kitchen» de espionaje a Luis Bárcenas. Así se desprende de una denuncia que interpuso el 19 de enero de 2015 el propio Villarejo ante la Dirección Adjunta Operativa (DAO) dirigida por Eugenio Pino, a la que ha tenido acceso en exclusiva LA RAZÓN. En el documento el excomisario advertía a su superior de que si se investigaba el tráfico de llamadas de sus teléfonos, el entonces jefe de Asuntos Internos de la Policía, Marcelino Martín-Blas, podría tener acceso a las conversaciones que mantenía «con colaboradores de gran nivel de riesgo y sensibilidad como es Sergio López (Cocinero)», que era entonces el chófer del extesorero del Partido Popular.
Se trataba en realidad de Sergio Ríos Esgueva, a quien Villarejo denominaba «cocinero», cuyo apodo dio origen a la operación «Kitchen» (cocina).
En enero de 2015, mientras la cúpula policial espiaba al extesorero extesorero del PP, la Unidad de Asuntos Internos, que dirigía MartínBlas, reclamó «el tráfico de datos» de dos números de teléfono que pertenecían a Villarejo. Los agentes le seguían la pista después de que hubiera contactado con el empresario español de origen indio Harishchandra Tarachand Varma, que llevaba varios meses investigado.
Los policías detectaron que Villarejo, quien había utilizado un nombre falso, había llamado al empresario para informarle de que estaba siendo seguido por un coche de Policía camuflado.
En su declaración ante el juez, Varma aseguró que había sido objeto de una extorsión de un agente, que le había reclamado 160.000 euros a cambio de parar la investigación policial de la que era objeto.
La Dirección General de la Policía hizo pública el 7 de abril de 2015 la destitución de MartínBlas. Le sucedió Francisco Migueláñez, quién todavía continúa en el puesto y dirige la unidad que investiga el «caso Villarejo». Precisamente, Precisamente, Migueláñez deberá declarar como investigado tras la querella que interpuso el inspector Rubén Eladio López, el número dos de Martín-Blas en la comisión policial que investigó en el «caso del Pequeño Nicolás», tras ser acusado de haber otorgado un trato de favor a Villarejo.
En una de sus grabaciones, Villarejo aseguró al abogado Javier Iglesias, conocido como «El Largo», que consiguió la destitución de Martín-Blas tras amenazar con detener «al cocinero» y hacerle declarar: «Y ya veía al cocinero declarando cómo ha roto los papeles de Bárcenas. Eso era lo que nunca esperaba Marcelino Martín-Blas, que le destituyéramos», especifica de forma literal la transcripción del audio.
Después de que Martín-Blas cesara en su cargo, Asuntos Internos elaboró un informe en el que se exoneraba a Villarejo del «caso Varma». Pese a reconocer que había suministrado al ciudadano de origen indio «información de carácter reservado»; el inspector que realiza la investigación concluye en un oficio que «dicha información reservada es facilitada a Varma en la creencia de que estaba siendo extorsionado por unos funcionarios».
Además, el 10 de junio de 2015 la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía, a la que Villarejo había remitido su denuncia contra Martín-Blas, realizó otra maniobra que logró convencer al juez de que no había cometido un delito. El inspector Andrés Gómez Gordo envió un oficio al instructor del caso del empresario indio en el que aseguró que el excomisario había mantenido la reunión con Varma dentro de sus atribuciones como agente encubierto. Eso libró a Villarejo de la imputación en este caso.