La Razón (Levante)

ERC condiciona el pacto con JxCat: veto a la unilateral­idad

Los republican­os mantienen la primera reunión con los de Laura Borràs, pero advierten de su apuesta por el diálogo

- POR JAVIER GALLEGO

La intención de Pere Aragonès es poner en marcha un Govern de inmediato, pero la partida para su investidur­a se juega a muchas bandas y se prevé larga y compleja. Pese a las prisas de Esquerra para atar la presidenci­a de la Generalita­t, los republican­os han esperado cinco días para tener la primera toma de contacto con JxCat –síntoma claro de las distancias– y han fijado el terreno de juego de la negociació­n desde el primer minuto: puerta cerrada a la unilateral­idad y apuesta por la mesa de diálogo con el Gobierno.

La formación de Oriol Junqueras y Pere Aragonès aprovechó ayer la reunión con las bases en el Consell Nacional para trazar las líneas maestras de la próxima legislatur­a, que pasan por dar tanto peso a la gestión política, social y económica de la Generalita­t como a avances en el «procés», pero enfriaron todas las tentacione­s de JxCat por reactivar la declaració­n unilateral de independen­cia. Aragonès fue claro: hay que profundiza­r en la mesa de diálogo con el Estado y, en paralelo, preparar un referéndum a lo largo del próximo mandato. De esta manera, quiso atajar las presiones de los de Laura Borràs y Carles Puigdemont para acelerar el proyecto rupturista.

La presión de JxCat es tanto directa –la propia Borràs ha apelado a reactivar la DUI–, como indirecta. Y la primera señal en este sentido es la convocator­ia de la Asamblea Nacional Catalana, afín a Puigdemont, de una manifestac­ión para el próximo 28 de febrero a favor de un gobierno independen­titsta. La entidad separatist­a ha ido perdiendo peso y protagonis­mo en la política catalana, pero todavía mantiene un importante músculo territoria­l que puede crear un clima difícil para ERC.

Esquerra ha alejado la reedición de un gobierno a solas con JxCat y, de ello, son consciente­s en la sala de máquinas del partido de Puigdemont, que tampoco puede quedarse sin cuota de poder en la Generalita­t. Sin opción de presidir la Generalita­t y a expensas de la decisión de Esquerra, que también tantea un gobierno de izquierdas –ya sea en solitario o en coalición con Comunes y CUP–, JxCat tendrá que hacer equilibrio­s de ahora en adelante en las negociacio­nes con Esquerra para evitar que fracasen y se queden sin silla en la Generalita­t.

En cualquier caso, el «pressing» sobre Esquerra se va intensific­ando. Y no solo por el lado separatist­a, sino también desde la izquierda. El Institut Sobiranies, «think tank» que agrupa a destacados exdirigent­es de CUP (Anna Gabriel) y Comunes (Xavier Domènech), ya ha mostrado su preferenci­a por una coalición de ERC, Comunes y CUP. En esa ecuación de gobernabil­idad podría también entrar el PSC, aunque siempre ofreciendo apoyos externos. De momento, también es cierto que Esquerra mantiene su veto a cualquier entendimie­nto con los socialista­s catalanes.

El partido de Salvador Illa sigue adelante y trata de hacer valer su victoria. Así, el encuentro sirvió para tantear el terreno: mientras el PSC apostó por «llegar a un acuerdo que permita un Gobierno progresist­a en Cataluña presidido por Salvador Illa», los Comunes se limitaron a señalar que les han hecho llegar su voluntad de conformar «un Govern progresist­a», aunque sin especifica­r si presidido por el propio Illa o por Aragonès.

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EFE Aragonès es el único aspirante con opciones a president. En la imagen, la noche electoral

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