El hijo muerto de Shakespeare que inspiró su «Hamlet»
Maggie O’Farrell firma una obra redonda, de enorme belleza, que supone un homenaje al bardo inglés y bucea en sus misterios
Los archivos históricos de la ciudad de Stratford registran el matrimonio de William Shakespeare con Anne Hathaway y el nacimiento de sus tres hijos: Susanna y después los gemelos Hamnet y Judith, un niño y una niña. Maggie O’Farrell ha indagado en esos y otros archivos sobre el gran bardo inglés y encontrado vacíos importantes y a veces algo más llamativo: esas notas a pie de página que aportan datos que no parecen suficientemente relevantes para ser incorporados al cuerpo del texto.
Engarzando con absoluta maestría la ficción y la realidad, O’Farrell le da una nueva vida a la esposa de Shakespeare, llamada Agnes aquí, y crea para ella una historia previa a su boda, absolutamente verosímil, y también una posterior, cuando cuando su marido ya se había marchado y triunfaba en los escenarios de Londres. Allí estrenó «Hamlet» cuatro años después de que su hijo Hamnet muriera a los 11. Cuatro años y una letra de diferencia entre la muerte de un hijo y la que es para muchos la mejor obra dramática de la historia de la literatura.
Maggie O’Farrell ha creado, en fin, una gran historia, enormemente conmovedora, que indaga acertadamente en el dolor y la pérdida con una destreza y una sensibilidad sencillamente magistrales. La autora confesiesa su eterna fascinación por las incógnitas que se ocultan detrás las piezas teatrales de Shakespeare. Y este es el sugestivo resultado de esa atracción que siempre ha sentido.
▲ Lo mejor
La empatía que despierta su lectura gracias a unos personajes cercanos y dibujados con enormes matices
▼ Lo peor
No se le puede poner ni un pero a una obra en la que también destaca una viva recreación de la época