El machito
He estado echando un vistazo a los vídeos y canciones de Pablo Hasel y de su música no voy a opinar, porque no es mi estilo el suyo y yo soy respetuosa, seguramente un poquito más que él con los que no piensan como él, así que me incluyo ya de antemano en los fascistas. La autodenominada fascista ha visto también alguna entrevista alternativilla y conjunta a Hasel y a su compadre Valtònyc y ahí sí me entre tuve bastante. Entre que a veces las palabras les bailan y ese discurso de malo te que está pidiendo a gritos medio Orfi da lito, te pasas un rato buenísimo. Luego encontré varias intervenciones muy faltonas en programas de televisión, sacando pechecete y descalificando a periodistas que fueron mucho más educados que Hasel, algunos de los cuales tuvieron la paciencia de no usar ni siquiera calificativos para referirse a este muchacho que despuésutiliza esas imágenes para confeccionar algunos de sus vídeos musicales. A esta mujer fascista (y zorra, porque así es como le gusta a Pablo Hasel llamarnos a las feministas) no le gusta, sobre el papel, que la gente entre en la cárcel por cantar, incluso cantando como canta este poeta. Lo que pasa es que su hoja de servicios a «la libertad», además de enaltecimiento del terrorismo (con petición de asesinatos expresos para personas con nombres y apellidos) incluye la agresión a un periodista, amenazar a un testigo y está imputado en una causa más por presunto asalto en los sucesos acaecidos tras la detención de Puigdemont en A lema ni a.Pab lo Has el, además de hacer una música que se me escapa y de su expediente penal, tiene otra cosa que me llama muchísimo la atención: no tiene el más mínimo sentido del humor. A mí me causa un rechazoabsoluto esa gente alienada, incapaz detener empatía, de reírse un poquito de sí misma,incapaz de hacerse preguntas sobre sus propios actos, desactivado afectivamente. La próxima vez que alguien salga a la calle a montarla y a llamarnos al resto fascistas habrá que recomendarle que elija mejor la causa.