Simón: «Hay más riesgo en ir bajo un paso de Semana Santa que en el 8-M»
Fernando Simón es partidario de celebrar el 8-M, pese a que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, volvió ayer a reiterar que la situación epidemiológica no lo permite y que «no ha lugar». Al ser preguntado sobre si supone elevar el riesgo de contagio, Simón contestó que no depende tanto de los aforos sino «del tipo de acto y la relación que genere entre las personas». Sobre si es válido el umbral de 500 personas permitido en Madrid, en su opinión «no es lo mismo estar bajo un paso [de Semana Santa] que ir a una manifestación».
El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, es partidario de celebrar el 8-M, pese a que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, volvió ayer a reiterar que la situación epidemiológica no lo permite y que «no ha lugar». Pese a que la ministra pide «coherencia» a las comunidades, comunidades, algunas como Madrid van a permitir las concentraciones de menos de 500 personas en el Día de la Mujer. El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, apuntó que permitirá manifestaciones de hasta 500 personas, porque así lo aconseja la Consejería de Sanidad madrileña por la situación de la pandemia. Y que este máximo de 500 personas «no es solo con las manifestaciones del 8M, sino con todas».
Al ser preguntado sobre si la celebración de este tipo de actos supone elevar el riesgo de contagio, Simón contestó que «todo depende de cómo se relacionen los participantes». «Los que mantengan la distancia y lleven la mascarilla van a reducir mucho los contagios, aunque no a cero», apostilló. Para el epidemiólogo el riesgo de trasmisión del virus no depende tanto de los aforos sino «del tipo de acto y la relación que genere entre las personas». En todo caso, advirtió que el Centro de Alertas Sanitarias no ha fijado ese parámetro de los 500 manifestantes y que no conoce en qué se había basado Madrid para fijarlo. Preguntado sobre si sería válido ese umbral para celebrar pasos de Semana Santa (suspendida en la mayoría de las comunidades), contestó que «yo no soy experto en estas cosas, pero desde luego no es lo mismo estar bajo un paso que ir a una manifestación».
Pese a que lo ocurrido el año pasado podría haber modulado la opinión del director del CCAES, lo cierto es que sigue en sus 13. El 26 de febrero de 2020, el Gobierno elevó el riesgo de contagio en España de «bajo a moderado» ante los primeros brotes detectados en Canarias y Baleares de varios turistas que visitaron los archipiélagos. Pese a que el virus ya
circulaba por el país y ya se habían cancelado eventos multitudinarios como el Mobile World Congress de Barcelona, el Gobierno se empeñó en celebrar el 8-M y permitió las manifestaciones. El propio Fernando Simón avaló la decisión. Poco antes del día en cuestión, al ser preguntado sobre si permitiría a su hijo acudir contestó que «le diría que hiciese lo que quisiera».
Aunque el Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue sin reconocer el impacto que tuvo su decisión de no cancelar el 8-M, los datos hablan por sí solos: el 1 de marzo había 100 contagiados y el 9 de marzo salieron a la luz de golpe más de 1.000. Concretamente ese lunes se cerró con 1.621, la mayoría de ellos en la Comunidad de Madrid. Fueron justo en las horas posteriores a las más de 400 concentraciones por toda España, en las que coincidieron 600.000 personas, cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez admitió que se estaba produciendo un cambio de escenario. España entraba en una situación de «contención reforzada», un eufemismo de preconfinamiento que duraría apenas 5 días.
Si el Gobierno hubiera echado el cierre solo una semana antes y no se hubiera celebrado el 8-M, se habrían producido 5.000 muertes y no 28.000 en la primera ola. Es decir, se habrían ahorrado 23.000. Así lo refleja un estudio llevado a cabo por un equipo de científicos del departamento de Ingeniería Informática y Matemáticas de la Universidat Rovira i Virgili.