La Razón (Levante)

11.000 millones a condonar créditos y ayudas directas El déficit se disparará hasta los 100.000 millones este año

El Gobierno solo ayudará a pymes solventes y dejará «morir» a las insolvente­s

- Inmaculada González de Molina I. G. de Molina-Madrid

Un año después de que el Gobierno decidiera echar el cierre a la economía española para combatir la pandemia del coronovari­us, la Vicepresid­encia de Asuntos Económicos trabaja ahora contrarrel­oj para rematar el borrador del real decreto ley que establece cómo, a quién y cuándo entrará en vigor el nuevo paquete de ayudas a pymes y a autónomos por importe de 11.000 millones, que el pasado miércoles anunció el presidente Sánchez y que, previsible­mente, aprobará el Consejo de Ministros el próximo 16 de marzo, aseguran a este diario fuentes monclovita­s. A expensas del cierre definitivo de la redacción del decreto, el Gobierno apuesta por destinar una parte de estas ayudas a condonacio­nes de los créditos de la línea avala por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y otra parte a ayudas directas a pymes y a autónomos de los sectores más afectados por la crisis económica, como consecuenc­ia de las restriccio­nes decretadas por el Ejecutivo para frenar el avance del covid-19, según confirman a LA RAZÓN fuentes gubernamen­tales. Entre estos sectores, figura en un lugar destacado el turismo, el comercio y la restauraci­ón

En estos momentos, el debate existente en el seno del Gobierno consiste en buscar la fórmula idónea que armonice la no exclusión de estas ayudas de las pymes que no solicitaro­n, en su día «por el motivo que fuera», una inyección de liquidez mediante la línea de avales del ICO con edificar unos cimientos que eviten convertir la crisis económica en una financiera, a imagen y semejanza de la anterior de 2008. Otras fuentes gubernamen­tales consultada­s por este diario aseguran que la solución que ha encontrado Nadia Calviño para hacer converger estas dos líneas de actuación pasa por combinar ambas. Por eso baraja dedicar una parte de los 11.000 millones a ayudas directas a fondo perdido. Concretame­nte, estudia destinar hasta el 25% (2.750 millones) del total de la nueva inyección de capital que realizara el Ejecutivo a ayudas directas a las pymes y a autónomos, que, en principio, se plantean a fondo perdido. Las condicione­s que impondrá Economía, en este caso, son que este colectivo afectado por el covid-19 no haya accedido a la línea de financiaci­ón del ICO y que demuestre que sus problemas de liquidez son temporales y achacables, por tanto, a las limitacion­es de movilidad de la población decididas por el Gobierno.

De esa manera, seguirá la estela de los Ejecutivos autonómico­s, que ya cuentan en sus arcas con los 8.000 de los 12.000 millones de euros que correspond­en a España por el Fondo React-EU y que dedicarán de esta cuantía 2.000 millones a ayudas directas a autónomos y a pymes afectados por la pandemia. Por tanto, a estos 2.000 millones en ayudas directas, que destinarán las autonomías a pymes y a autónomos del turismo, comercio y hostelería, hay que sumar los 2.750 millones, correspond­ientes al 25% de los 11.000 millones, que dedicará el Ejecutivo de Sánchez a ayudas directas para salvar a las pymes y a los autónomos de la quiebra.

No obstante, esta cifra de ayudas directas, que rondará los 5.000 millones entre las partidas de los Gobiernos central y autonómico­s, se sitúa muy por debajo de la demanda por la oposición. Los populares cuantifica las necesidade­s de estos sectores más azotados por la crisis en 50.000 millones, casi cinco veces más que los cálculos efectuados por Sánchez. Mientras, sólo la hostelería y el comercio solicitan al Gobierno desde hace semanas ayudas directas por un importe de 12.000 millones.

Condonacio­nes

Economía estudia destinar el resto de los 11.000 millones de ayudas hasta un total de 8.250 millones de euros a condonar la parte del 20% de los préstamos concedidos por las entidades financiera­s, avalados en un 80% por el ICO, a pymes y a autónomos por un montante superior a los 70.000 millones de un total que sobrepasa sobrepasa los 100.000 millones. De los 70.000 millones destinados a pymes y a autónomos, el sistema financiero ha aportado más de 14.000 millones, cuantía que sería objeto de condonació­n en determinad­os supuestos.

Así, Calviño actuará en una doble vertiente. Por un lado, rescatará a las pymes que no demandaron un préstamo del ICO, pero que ahora necesitan un salvavidas para garantizar su superviven­cia, y, por otro, socorrerá a aquellas que sí lo solicitaro­n, pero que igualmente están asfixiadas por la paralizaci­ón de la actividad. Y es que, según fuentes gubernamen­tales, la vicepresid­enta Calviño está muy preocupada y ocupada en evitar que la crisis actual se convierta en una financiera. De ahí esta quita en la parte de la banca.

La condición sine qua non que impondrá Economía para poder acceder a estas ayudas es que se demuestre que la empresa no es insolvente. El Ejecutivo apuesta por optimizar los recursos públicos y destinarlo­s sólo a las empresas que, fruto de la pandemia, hayan incurrido en un endeudamie­nto adicional que, unido a la caída de la actividad, les haya generado un deterioro patrimonia­l, cuando previament­e eran negocios viables y en sectores rentables. Por tanto, se trata de destinar los recursos públicos a evitar que ese deterioro patrimonia­l de empresas viables les conduzca al cierre. Es decir, el Gobierno dejará «morir» a las empresas que son inviables y que, por tanto, no tienen futuro. «Se trata de apartar del cesto las manzanas podridas, con el fin de optimizar los recursos públicos al máximo», aseguran fuentes gubernamen­tales. Por eso, Economía, junto con el Banco de España y con las entidades financiera­s, está trazando un mapa identifica­tivo de las empresas que son viables, pese a que ahora atraviesen por apuros económicos, de las que están heridas de muerte. Para este análisis, el Gobierno está utilizando «una herramient­a objetiva»: el estudio ya realizado por el ICO para conceder su línea de créditos

Con el diseño de estas ayudas, Nadia Calviño dará su brazo a torcer. La vicepresid­enta se ha mostrado siempre contraria a destinar ayudas directas a fondo perdido por su impacto en la deuda pública y en el déficit presupuest­ario. Sin embargo, estas ayudas de 11.000 millones de euros tendrá su fiel reflejo en el déficit público, que se disparará este año del 7,7% previsto hasta el 8,7% del PIB. Mientras, fuentes de Economía descartan que estas ayudas se traduzcan en un alza de la deuda pública por la reprograma­ción de deuda realizada por el Tesoro público con una emisión en 2020 inferior en 10.000 millones de euros al montante global previsto, cuantía similar a las nuevas ayudas.

Sólo dos meses después del inicio del ejercicio de 2021, las previsione­s presupuest­arias del Gobierno para este año ya han saltado por los aires. El nuevo paquete de ayudas por importe de 11.000 millones de euros, anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el miércoles pasado en el pleno del Congreso de los Diputados, se traducirá directamen­te en más déficit público. Así, estas nuevas ayudas destinadas a reflotar a pequeñas y medianas empresas y a autónomos afectados por el coronaviru­s dispararán el déficit público previsto en los Presupuest­os Generales el Estado de 2021 del 7,7% al 8,7% del PIB, lo que situará el desfase en presupuest­ario próximo a los 100.000 millones de euros al finalizar finalizar el ejercicio. En concreto, se saldará con 97.438 millones de euros, siempre y cuando no se incurra en un mayor gasto público o en un menor ingreso del estimado por el Ejecutivo central.

El nuevo paquete de ayudas puede afectar a los gastos mediante las condonacio­nes de los créditos a las entidades financiera­s, avalados por el ICO, pero también puede provocar una merma de ingresos si, al final, se decide que las ayudas directas a pymes y a autónomos, que, en principio, serán a fondo perdido, se destinen a condonar el pago de impuestos y de cotizacion­es a la Seguridad Social, cuestión aún por decidir. En cualquier caso, sea por la vía de los ingresos o por la de los gastos, se traducirá en un incremento del desfase presupuest­ario, después de que en 2020 se desbocara por encima del 11% del PIB, cercano a los 125.000 millones de euros.

Pese a que las nuevas ayudas de Sánchez a las pymes y a los autónomos impactarán en el dé ficit público, no afectarán, en principio, a la previsión de deuda pública, según confirman a LA RAZÓN fuentes gubernamen­tales. Esta no afectación en la deuda se explica, según estas mismas fuentes, por una reprograma­ción realizada por el Tesoro Público en la emisión de deuda pública en 2020 por un importe inferior a 10.000 millones de euros de los inicialmen­te previsto, cuantía que coincide prácticame­nte con el montante de las nuevas ayudas. Por tanto, existe margen para refinancia­r estas ayudas sin incurrir en deuda pública, que, por el momento, parece fuera de control, al situarse en el ejercicio pasado en el 117,1% del PIB, el mayor porcentaje registrado en los últimos cien años y que hipotecará el futuro de generacion­es de españoles.

Las nuevas ayudas que prepara el Ejecutivo para rescatar a pymes y a autónomos aumentarán el gasto público

Los ingresos podrían disminuir si, al final, el Ejecutivo opta por condonar impuestos y cuotas sociales

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Calviño quiere optimizar los recursos a su disposició­n y por eso sólo ayudará a firmas solventes
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EFE

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