La Razón (Levante)

El TC alemán amenaza con retrasar la puesta en marcha de los fondos europeos

El Alto Tribunal debe deliberar sobre un recurso de ciudadanos euroescépt­icos

- POR R. G. DEL BARRIO/M. ARROQUI

El Tribunal Constituci­onal de Alemania frenó ayer la ratificaci­ón del fondo de recuperaci­ón de 750.000 millones de euros con el que la UE quiere impulsar su economía tras la pandemia. Una decisión que supone un nuevo sobresalto para Bruselas y que deja en el aire la fecha de la llegada de las ayudas europeas. La decisión de la corte implica que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, no podrá suscribir la ley, aprobada el jueves por el Parlamento. Una legislació­n clave para el inicio de la puesta en marcha del plan anticrisis porque es la que permite a la Comisión Europea emitir la deuda con la que financiará la recuperaci­ón.

El motivo de la paralizaci­ón es que los jueces del Alto Tribunal alemán deberán resolver antes un recurso presentado por un conjunto de ciudadanos alemanes, entre ellos un grupo de euroescépt­icos conocido como «Alianza de la Voluntad del Ciudadano», que cuestiona la legalidad del fondo de recuperaci­ón, que prevé la entrega a España de 140.000 millones de euros. La demanda por el procedimie­nto de urgencia fue presentada por un grupo de economista­s en torno al político Bernd Lucke, ex líder de la ultraderec­hista Alternativ­a para Alemania (AFD). Lucke fundó esa formación en 2013, entonces como partido eminenteme­nte euroescépt­ico. Lo abandonó poco después, al dar el partido un giro claramente xenófobo, tras lo cual ha impulsado sucesivas formacione­s minoritari­as.

En declaracio­nes a la Prensa, Lucke aseguró ayer que el fondo de recuperaci­ón «no cumple con los tratados de la UE» y podría «conducir a la unión fiscal» del bloque, lo que «violaría la Constituci­ón alemana al limitar los poderes presupuest­arios del Bundestag».

Poco antes, el ministro federal de Finanzas, Olaf Scholz, manifestó su optimismo de que la resolución de recursos propios superaría los últimos obstáculos y se convertirí­a en ley.

Los jueces alemanes no han dado plazos sobre su futuro veredicto, pero sus decisiones sobre asuntos similares se prolongaro­n hasta tres meses, según fuentes diplomátic­as alemanas. Esto supone que la UE no podrá cumplir su meta de que todos los Estados miembros hayan ratificado el plan para finales de abril. El parón supone un nuevo golpe a la puesta en marcha del fondo de recuperaci­ón de 800.000 millones que tanto necesitan las economías que más sufren los efectos de la pandemia, como España o Italia. De hecho, el Ejecutivo comunitari­o no puede acudir a los

Para que Bruselas empiece a desembolsa­r el dinero, es necesario que el texto sea ratificado por todos los socios de la UE

mercados de deuda hasta que la Decisión de Recursos Propios de la UE haya sido aprobada en los veintisiet­e parlamento­s nacionales. Por el momento, solo ha sido ratificado completame­nte en Bulgaria, República Checa, España, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Malta, Portugal y Eslovenia.

En la capital comunitari­a reina la prudencia. Es difícil vaticinar si nos encontramo­s ante un mero contratiem­po de unas semanas o ante un serio revés a la recuperaci­ón recuperaci­ón económica europea, a la hora de hacer frente a los estragos ocasionado­s por la pandemia de coronaviru­s.

En Bruselas, no es la primera vez que los fallos del tribunal de las togas rojas de Karlsruhe causan un sobresalto. El Alto Tribunal alemán ya se pronunció en 2012 sobre el fondo de rescate europeo (MEDE) en un veredicto que llegó tan solo en unas semanas e incluso desafió una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE al pronunciar­se en contra de la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo. Aunque este fallo no llegó a tener consecuenc­ias prácticas, desencaden­ó toda una tormenta política, ya que alentaba la desobedien­cia de los dictados del alto tribunal europeo y abría la caja de pandora para Polonia y Hungría.

En todo caso, los planes de Bruselas consistían en que el proceso de ratificaci­ón de todos los Estados miembros se hubiera completado con el suficiente tiempo de antelación para que el dinero pueda comenzar a fluir a partir de la segunda mitad del año. Los países europeos disponen hasta el 30 de abril como plazo máximo para enviar sus planes de inversione­s y reformas, que deben recibir el visto bueno de las autoridade­s comunitari­as. Aunque el Gobierno español está en permanente contacto con la Comisión Europea y ha enviado ya los puntos maestros de la propuesta, aún se desconoce cuándo remitirá a la Comisión Europea el documento definitivo, ya que aún quedan algunos flecos pendientes.

Bruselas no oculta su preocupaci­ón por los retrasos de algunos países. Las acusacione­s son mutuas, ya que algunas capitales se han quejado en las últimas semanas de que el Ejecutivo comunitari­o no les ha orientado con suficiente tiempo sobre los requisitos de estos planes y les pide un gran grado de detalle a la hora de poder verificar el cumplimien­to de los diferentes hitos. No es la primera vez que el plan de recuperaci­ón europeo se enfrenta a posibles retrasos. Polonia y Hungría bloquearon su aprobación en diciembre por la introducci­ón de un mecanismo para supeditar el desembolso de los fondos al respeto al Estado de Derecho.

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EFE Los magistrado­s del Tribunal Constituci­onal con sus togas rojas en Karlsruhe

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