Una transición «no traumática»
En el plan de bajas, por el que saldrán hasta 7.500 empleados, se valorarán «meritocracia y voluntariedad»
CaixaBank y Bankia dieron ayer el paso definitivo hacia su integración en un solo banco, que se convertirá con 640.000 millones de euros de activos en el mayor de España, con 50.000 empleados, una vez que su inscripción se ha hecho efectiva en el Registro Mercantil. Bankia desapareció ayer como entidad independiente y afrontó su último día de cotización en bolsa, ya que el lunes serán las nuevas acciones de CaixaBank que se hayan emitido en el canje las que coticen ya en los mercados.
Ayer, en una rueda de prensa conjunta, el consejero delegado ejecutivo de la nueva CaixaBank, Gonzalo Gortázar, y el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, desgranaron lo que serán las directrices de la nueva entidad, que ha iniciado ya la integración efectiva y plena del negocio y de las plantillas. Gortázar espera que este proceso sea «no traumático», aunque reconoció que los trabajos de integración serán intensos y comenzarán con un ajuste de plantilla que puede llegar hasta los 7.500 empleados en oficinas y servicios centrales –según fuentes de la propia entidad–, aunque se espera que la mayoría de las bajas «sean voluntarias». Gortázar apuntó que seguirán los mismos criterios que en anteriores ocasiones: no se tendrá en cuenta ningún límite de edad y se contará con «la meritocracia y la voluntariedad», apuntó Gortázar.
La entidad espera tener cerrado un acuerdo con los sindicatos sobre estos recortes de plantilla en el segundo trimestre de este año, por lo que las negociaciones se iniciarán justo después de Semana Santa. Lo que será inmediato es el cambio de imagen de marca, cuya unificación comenzará este mismo fin de semana. De momento, se actualizarán los edificios más emblemáticos de Bankia, como las Torres Kio, para luego dar paso a las sucursales más importantes y al resto de oficinas. Además, los clientes de Bankia recibirán una comunicación informándoles de que mantienen sus condiciones actuales de contrato y de que podrán utilizar sin comisiones los cajeros automáticos de la otra entidad. «Nuestra idea es que antes de irnos de vacaciones en verano hayamos cambiado la marca de Bankia en todas las oficinas y se hayan integrado la mayoría de servicios», confirmó Gortázar.
El consejero delegado también adelantó que una vez que la integración sea plena –prevista para final de año– se fusionará el catálogo de productos de ambas entidades, aunque poco a poco podrán estar disponibles algunos de ellos y servicios comunes por las redes de ambas entidades. No habrá cambios en los números de cuenta ni en las tarjetas, al menos de momento. «Los clientes deben estar tranquilos por que se avisará de cualquier cambio». Y entre esos cambios no entra ningún plan para desplazar la sede social a otra ciudad, por lo que seguirá en Valencia, descartando cualquier salida a Madrid o Barcelona, que seguirán contando con sedes operativas.
En cuanto a las relaciones comerciales, en concreto sobre la obligación de poner fin al acuerdo que mantiene Bankia con la aseguradora Mapfre, Gortázar señaló que «las conversaciones para extender la oferta de Vida Caixa comenzarán de inmediato», ya que mantener los dos acuerdos «es incompatible».
Sobre los planes de expansión que maneja la compañía, Gortázar se mostró cauto. «Vamos a prestar una máxima atención al mercado español en los próximos dos o tres años».
La primera consecuencia de esta fusión se vio reflejada en la sesión bursátil. El último día en bolsa de Bankia después de diez años ha terminado con una subida del 2,65%.