Un estudio explica por qué el dolor hace tomar drogas
La presencia de dolor, especialmente el crónico inflamatorio o el neuropático, modifica la respuesta que se produce en el cerebro tras el consumo de alcohol u opiáceos y podría ser un factor de riesgo para el consumo elevado de estas drogas.
Además, la asociación de esas drogas en pacientes con dolor contribuye al número de muertes por sobredosis de opiáceos, según señala a Efe Lucía Hipólito, profesora en el área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universitat de València (UV).
Esta investigadora es autora del proyecto «Incremento en el riesgo de adicción al alcohol y opiáceos derivada de la presencia de dolor: estudios clínicos y preclínicos con perspectiva de género».
De EEUU a Valencia
El trabajo, que comenzó en Estados Unidos en 2012 con estudios preclínicos en modelos animales, ha iniciado recientemente una fase clínica en humanos, concretamente en pacientes de la Unidad de Dolor del Hospital General de Valencia, de la que aún no se tienen resultados.
En paralelo, están realizando estudios financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación que ahondan en los mecanismos neurobiológicos para, además de incrementar el conocimiento en esta situación, poder desarrollar terapias antirrecaída en el consumo de alcohol más efectivas en este tipo de pacientes.
En los modelos animales sí que se observó un cambio en los patrones de consumo de opiáceos en relación con la presencia de dolor inflamatorio.
Según Hipólito, en Estados Unidos es mucho más alta la prescripción de opiáceos que en España, ya que es bastante común que la receten para un simple dolor de muelas, y cuando se inició el estudio preclínico se estaba observando un incremento en las muertes causadas por sobredosis a estos fármacos.