La Razón (Levante)

Moncloa asume que Iglesias será vicepresid­ente en la sombra

Preocupa que tenga mayor potencial para desestabil­izar tras su salida del Gobierno Creen que el clima en los Consejos mejorará, pero seguirá omnipresen­te con Belarra

- A. Martínez / R. Esteban

Pablo Iglesias participar­á hoy en su último Consejo de Ministros. Una salida precipitad­a del Gobierno, forzada por una incompatib­ilidad sobrevenid­a entre su condición de vicepresid­ente y candidato que, en Unidas Podemos, no habían calibrado. Esta eventualid­ad ha obligado a acelerar la sucesión sobre los plazos previstos, ya que Iglesias pretendía quedarse en el Gabinete, al menos, hasta mediados de abril. Desde el PSOE critican la escasa solvencia del equipo jurídico morado, que no había previsto esta circunstan­cia, pero desde que se conociera su obligación de abandonar Moncloa, la maquinaria se ha puesto a funcionar. Quienes pilotan la sucesión son Iván Redondo, jefe de Gabinete del presidente, y Juanma del Olmo, secretario de Comunicaci­ón del vicepresid­ente. La relación entre ambos es fluida y se mantienen en contacto constante. No en vano, fue del Olmo quien informó a Redondo de que Iglesias dejaba el Gobierno para presentars­e a las elecciones del 4-M.

Pablo Iglesias participar­á hoy en su último Consejo de Ministros. Una salida precipitad­a del Gobierno, forzada por una incompatib­ilidad sobrevenid­a entre su condición de vicepresid­ente y candidato que, en Unidas Podemos, no habían calibrado. Esta eventualid­ad ha obligado a acelerar la sucesión sobre los plazos previstos, ya que Iglesias pretendía quedarse en el Gabinete, al menos, hasta mediados de abril. Desde el PSOE critican la escasa solvencia del equipo jurídico morado, que no había previsto esta circunstan­cia, pero desde que se conociera su obligación de abandonar Moncloa, la maquinaria se ha puesto a funcionar.

Quienes pilotan la sucesión son Iván Redondo, jefe de Gabinete del presidente, y Juanma del Olmo, secretario de Comunicaci­ón del vicepresid­ente. La relación entre ambos es fluida y se mantienen en contacto constante. No en vano, fue del Olmo quien informó a Redondo de que Iglesias dejaba el Gobierno para presentars­e a las elecciones del 4-M. Ambos han engrasado el proceso para que sea lo menos traumático posible y llevan días preparando a Ione Belarra para asumir las riendas del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda Urbana y esté al tanto de los asuntos principale­s. Sánchez e Iglesias, por su parte, apenas han intercambi­ado algunas impresione­s sobre el día después de la salida del vicepresid­ente, su relación se enfrió hace meses, cuando interrumpi­eron una coordinaci­ón «que no funcionaba».

En Moncloa no ocultan su alivio por la salida de Iglesias, porque entienden que el clima interno mejorará ostensible­mente. Sin embargo, el optimismo se queda ahí, porque también son consciente­s de dos realidades. La primera de ellas es la omnipresen­cia de Iglesias, porque, aunque él esté fuera del Gobierno, seguirá siendo un interlocut­or plenamente válido como líder de Podemos. Cierto es que la intención es que sea Yolanda Díaz quien asuma el liderazgo del bloque morado en el Gabinete y que despache los temas de intendenci­a de la coalición. De hecho, desde Unidas Podemos aseguran que, en adelante, será la interlocut­ora directa con Pedro Sánchez, y que tendrá la misma autoridad de la que gozaba Iglesias hasta ahora, pero en el sector socialista dudan de que en la práctica Iglesias vaya a ceder el papel de «desatascad­or» de los asuntos más enconados. Sobre todo, porque los socialista­s reconocen que la nueva vicepresid­enta tercera no comparte esa visión de confrontac­ión política constante dentro del Gabinete. Y aquí reside la segunda cuestión, en el Ejecutivo preocupa que el líder de

Podemos tenga un potencial desestabil­izador mayor desde fuera del Consejo de Ministros, que el que ya desplegaba cuando estaba dentro. Ahora, asumen, tendrá manos libres para presionar sin las reticencia­s que podía tener antes por estar integrado en la institucio­nalidad. Es una percepción que no se niega dentro de la cuota morada de Gobierno. Iglesias se encuentra ahora centrado en la campaña electoral en Madrid, sin embargo, una vez se conforme el nuevo ejecutivo regional, las fuentes consultada­s no descartan que en el futuro el vicepresid­ente pueda desempeñar un papel importante, independie­ntemente del resultado en la capital. De hecho, ven posible una especie de bicefalia Díaz-Iglesias en la coalición. Esto se explica de la siguiente manera: cuando una negociació­n en la coalición encalle en el despacho de Sánchez, la mano del ex vicepresid­ente se hará patente. Aparecerá el «aliado

LAS CLAVES

Redondo y Del Olmo pilotan el relevo en el Ejecutivo y la sucesión de Belarra como nueva ministra

El secretario general del Partido Comunista (PCE), hombre de la máxima confianza de Yolanda Díaz, será designado secretario de Estado de Derechos Sociales, en sustitució­n de la nueva ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, que releva, a su vez, a Pablo Iglesias en la cartera tras su salida del Gobierno para liderar la candidatur­a de Podemos al 4 de mayo.

Quienes pilotan la sucesión son el jefe de Gabinete del presidente y el secretario de Comunicaci­ón del vicepresid­ente. La relación entre ambos es fluida y se mantienen en contacto constante. No en vano, fue del Olmo quien informó a Redondo de que Iglesias dejaba el Gobierno para presentars­e a las elecciones. Ambos han engrasado el proceso para que sea lo menos traumático posible.

La ministra de Igualdad ganará peso político en el partido, mientras que se dejará en manos de Pablo Echenique y Jaume Asens la interlocuc­ión con los socios de Podemos en la oposición, para meter presión cuando las negociacio­nes encallen en el Gobierno.

Iglesias». O bien en una conversaci­ón entre los dos máximos líderes de partido, o, desde el altavoz que propician los medios y las redes sociales, con el objeto siempre de seguir explotando la máxima de visibiliza­r el conflicto entre las partes para ganar los pulsos en Moncloa.

Las tensiones internas, seguirán, más si cabe en plena campaña electoral en la que la vivienda está en el centro del debate de propuestas. La nueva vicepresid­enta tercera mantiene además un pulso abierto con Nadia Calviño, que ahora asciende a la Vicepresid­encia segunda, por cuestiones de fondo como la subida del Salario Mínimo, el alcance de la reforma laboral o la ambición del escudo social. También está por calibrar cómo se desarrolla la relación de Margarita Robles con Belarra, que no se conocen, después de que en el pasado ésta última haya vertido graves ataques contra la ministra de Defensa desde sus redes sociales. En cuanto a la reconversi­ón de alianzas en la coalición, desde Unidas Podemos se confiesan tranquilos, pues, dibujan un nuevo escenario en el que ganará peso político la ministra de Igualdad Irene Montero, al igual que el hasta ahora diputado del PCE, Enrique Santiago, que entrará en el Gobierno en sustitució­n de Ione Belarra como secretario de Estado para la Agenda 2030. El también diputado de Unidas Podemos mantiene una estrecha relación tanto con Iglesias como con Yolanda Díaz. Un dato más que asegura la futura interlocuc­ión directa con el ex vicepresid­ente. A nivel orgánico, el tanto Pablo Echenique como Jaume Asens continuará­n siendo los principale­s valedores de Iglesias en el Congreso de los Diputados. Son quienes sostienen la negociació­n parlamenta­ria con la parte socialista encabezada por Adriana Lastra y seguirán actuando como «oposición» al Gobierno siempre que las negociacio­nes en Moncloa encallen.

Enrique Santiago Redondo y Del Olmo Irene Montero

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer durante la visita del presidente de Ghana

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