La Razón (Levante)

El déficit público se dispara al 11% del PIB y supera los 123.000 millones

El virus multiplica por cuatro el déficit público hasta el 11% del PIB, lo que supone 88.000 millones más que un año antes

- Inmaculada González de Molina

2020 pasará a los anales de la historia mundial como el año maldito por la bestia del coronaviru­s y para España como uno de los peores que se recuerda en décadas, repleto de miseria, paro, pobreza, endeudamie­nto y déficit. Este desolador escenario se ha vuelto a confirmar este lunes durante la presentaci­ón del cierre de la ejecución presupuest­aria de 2020, que remitirá el Gobierno a Bruselas. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, encargada de explicar el desfase de las cuentiene tas públicas, ha preferido poner, en todo momento, el énfasis en un menor déficit registrado en relación al previsto por todos los organismos internacio­nales y nacionales, incluido el propio Gabinete de Sánchez. Sin lanzar las campanas al vuelo, ante la magnitud de la cifra, y reconocien­do que el dato es terrible, ha optado por destacar esas tres décimas de diferencia entre el déficit público registrado al final del año pasado del 10,97% del PIB frente al 11,3% estimado por el Ejecutivo. Pese a ello, sigue siendo un dato demoledor. España tiene un agujero de 123.000 millones, cifra similar a la reducción del PIB, y con un endeudamie­nto prácticame­nte inasumible del 120% del PIB. Para ajustar este balance, nuestro país debería destinar todo lo que produzca en dos años a cuadrar nuestras cuentas públicas y a dejar a cero el contador de nuestra deuda, utopía imposible de alcanzar.

Ese déficit del 10,97% del PIB en cuenta, por indicación de Eurostat, la deuda contable de Sareb, el banco malo creado en 2012 con los activos tóxicos de la banca. La titular de Hacienda, pese a la exigencia de Bruselas, ha asegurado que en el déficit público nunca se ha tenido en cuenta las ayudas financiera­s, como la de este fondo, y nunca nadie ha exigido que así sea. De esta manera, ha intentado rebajar el dato del déficit público hasta el 10,09% del PIB, excluido el balance de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedente­s de la Reestructu­ración Bancaria). Sin embargo, la hemeroteca confirma que su propio partido así lo demandó en 2012 por boca de su portavoz de Economía del PSOE en el Congreso de los Diputados. Entonces, Valeriano Gómez acusó al Gobierno de la época de cometer «un nuevo ejercicio de ocultación de las verdaderas cifras» de déficit público al excluir las ayudas concedidas a la banca en 2012, lo que elevaría en ese ejercicio el desfase de las cuentas públicas al 10,6 % del PIB, unas cinco décimas más al registrado en 2020 sin tener en cuenta estas ayudas y cuatro décimas menos si se incluyen. En este contexto, el déficit de 2012 fue el peor de la serie histórica. Sin embargo, si ahora se incluye el desfase de la Sareb, 2020 ocupará el primer lugar en el pódium del ránking de los mayores déficits. Ocho años después, por exigencia de Eurostat, la oficina estadístic­a europea, ahora el Ejecutivo de Sánchez se ve obligado a contabiliz­arlo como déficit con un impacto, según Montero, en el mismo de 10.000 millones, lo que provocó que el desfase público superara en 2020 los 123.000 millones de euros, cuantía similar al desplome sufrido por el PIB.

Este hundimient­o de la economía tuvo su fiel reflejo en el déficit del conjunto de las administra­ciones públicas, que cerró 2020 en el 10,09% del PIB, sin tener en cuenta el fondo Sareb, como consecuenc­ia de un aumento en 53.070 millones del gasto para hacer frente a la pandemia y una caída de los ingresos de 24.487 millones, un 5% menos que en 2019. Así, el desfase se situó en 113.172 millones, lo que supuso un incremento de 77.557 millones respecto al ejercicio anterior o de casi 88.000 millones, si se incluye el fondo Sareb. Como durante todo el ejercicio de pandemia, la administra­ción central asumió la mayor parte del coste de la crisis sanitaria, con una tasa de déficit del 7,49% del PIB. Las entidades locales, por su parte, presentaro­n un superávit del 0,26% del PIB. Mientras, las autonomías y la Seguridad Social registraro­n un déficit de tan sólo el 0,21% y el 2,65%, respectiva­mente, gracias a los más de 50.000 millones de transferen­cias estatales para combatir el covid. De hecho, de cada diez euros que gastó el Estado nueve se destinaron a combatir la pandemia.

De ahí que de los 53.070 millones de euros de aumento de los gastos respec- to al año anterior, el

85% se destinará a medidas adoptadas para mitigar los efectos de la covid-19. En concreto, 44.907 millones estuvieron ligados directamen­te a las políticas discrecion­ales puestas en marcha para luchar contra las consecuenc­ias económicas de la pandemia, de los que más de 40.000 millones, el 90% del total, fueron asumidos por el Estado. Así, 21.520 millones correspond­ieron a los Erte, a incapacida­d temporal y a cese de actividad; 8.284 millones, a gastos covid y sociosanit­arios en las comunidade­s; 7.791 millones a exoneracio­nes de Erte y autónomos y

7.312 millones al resto de gastos relacionad­os con el covid.

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