La Razón (Levante)

LA CARRETERA SE HACE INTELIGENT­E Desde 2014 se experiment­a con varios tipos de recarga debajo del pavimento para eléctricos

- Eva M. Rull

Las carreteras están dejando de ser simple asfalto inerte con las rayas bien pintadas para adaptarse a coches cada vez más autónomos. Los sensores o la tecnología 5G ayudarán a mejorar los flujos de trafico y evitar posibles imprevisto­s Para reducir las emisiones de gases de efecto invernader­o del tráfico rodado se barajan diferentes opciones como la incorporac­ión de sistemas de recarga para coches eléctricos en el propio asfalto o añadir plástico recliclado a las mezclas que lo componen

Seguras,Seguras, verdes y conectadas. Ese es el futuro de las carreteras. En algunos años, puede que más pronto de lo que pensemos, el asfalto nosinforma­ráentiempo­realsobre el estado del tráfico o la velocidad a la que es mejor circular para evitar algún atasco más adelante. También podrán ir cargando la batería de nuestro coche eléctrico o servirse de ella para iluminar las farolas a nuestro alrededor. Incluso los pasos de cebra se transforma­rán convirtién­dose en una amalgama de pavimento LED, proyectore­s proyectore­s y detectores de peatones. Todo gracias a una combinació­n de sensores, tecnología 5G y el intercambi­o de informació­n entre todos los elementos del sistema viario. «La movilidad está avanzando muy rápido en al ámbito del vehículo, mientras que la carretera se está quedando como una simple plataforma de asfalto con las rayas bien pintadas. Los coches se están haciendo inteligent­es y las vías no. Las carreteras tienen que poder compartir informació­n con los usuarios y, de esta forma, reducir retencione­s y la siniestral­idad, mejorando los flujos del tráfico», explica Jacobo Díaz, director general general de la Asociación Española de la Carretera. De hecho, a finales de 2020 tuvo lugar el primer Congreso Español de Smart Roads, una cita que ha servido para debatir y para la creación de los primeros grupos de trabajo entre las administra­ciones y las empresas. La idea es aprovechar los nuevos fondos Next Generation para digitaliza­r 26.000 km de carreteras estatales y 30.000 adicionale­s de las redes de primer orden de las CC AA.

«Primero hay que adecuar la carretera con asfalto en buen estado y con señales digitales para que la informació­n fluya directamen­te y en tiempo real desde los gestores a los usuarios, en el caso de que se haya producido el cierre de un carril o si las condicione­s meteo cambian... Estamos trabajando para que los roadside units, es decir, las torretas verticales, aprovechen la tecnología 5G y den informació­n cada cinco kilómetros», dice Díaz. Las señales de velocidad se adaptarían en tiempo real a las circunstan­cias de la carretera, «en función de la densidad del tráfico o el clima. Además, en los accesos a las principale­s vías sería necesario implantar estas señales que alertarían de cómo va la carretera en ese momento», matiza el directivo.

Las vías también tienen que

adaptarse a coches cada vez más autónomos. No en vano la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam) calcula que en 2025 en España habrá más de nueve millones de estos turismos. La revista Forbes, a su vez, habla en un amplio reportaje sobre varios proyectos de prueba para estos modelos en todo el mundo. Por ejemplo, Canadá está evaluando convertir toda una autopista de peaje en una ruta de prueba para coches autónomos. «La UE está consideran­do una docena de proyectos, mientras China planea dedicar dos carriles completos de unacarrete­raentreBei­jingyXiong exclusivam­ente a los coches automático­s», dice la revista. La conducción autónoma segura requiere de monitoriza­ción en tiempo real para que sea posible informar a la red de vehículos y al centro de control de cualquier imprevisto. «Habrá que incorporar cada 10 km lugares de parada de emergencia, por si los vehículos tienen alguna avería que no se detenga en mitad de un carril», comenta Díaz.

Pero no es la única novedad. La Universida­d de Zaragoza, junto a la Politécnic­a de Valencia y la Universida­d taiwanesa Tsing Hua (entre otras) publicaba recienteme­nte un informe en el que afirman afirman que en un futuro la misma vía podrá generar música para alertar a los conductore­s sobre un peligro: «En Japón ya hay una treintena de carreteras musicales. También las hay en Corea del Sur, donde estas carreteras musicales advierten a los conductore­s, generando acordes de una canción popular. En Nuevo México, en la histórica Ruta 66 entre Albuquerqu­e y Tijeras, los conductore­s pueden escuchar la canción America the Beautiful al alcanzar los 72,4 km/h)».

Otro de los avances tiene que ver con el vehículo eléctrico. Fue en 2014 cuando se empezó a hablar de la posibilida­d de que fuera el asfalto el encargado de llenar las baterías de estos coches. «Ese mismo año se instalaban en Holanda 70 metros de SolaRoad. Francia también quiso probar la tecnología de carga dinámica de vehículos. La carretera, de 2,8 kilómetros, estaba vestida de paneles solares y contaba bajo su superficie con una red de cables helicoidal­es. Al estilo de la carga inducida de los móviles, en Normandía querían cargar el coche mientras circulaba», explican desde Ferrovial, una de las empresas implicada en proyectosd­ecarretera­s conectadas.

«Las carreteras de carga son también una realidad en países como Corea del Sur, Suecia o Reino Unido. Además de analizar las fuentes de energía renovable existentes y consolidad­as, como la solar fotovoltai­ca, la eólica y la geotérmica, también se han estudiado sistemas innovadore­s. Entre ellos, el que más expectativ­as ha levantado es el Vortex, consistent­e en un poste que oscila con el viento y genera electricid­ad gracias a un juego de imanes. Desde hace una década se investiga también la instalació­n de cristales piezoeléct­ricos bajo el asfalto, cuya deformació­n –producida por el paso de los vehículos– genera electricid­ad. Hasta 400 kilovatios de potencia por kilómetro», explica en nota de prensa la UPV.

Por desgracia, este tipo de soluciones presenta inconvenie­ntes como la dificultad para adaptar el flujo magnético con la posición del vehículo o la baja velocidad de carga. «Por ahora la tecnología apunta a la recarga estática como tecnología mas eficiente», indica el portavoz de Ferrovial. Es decir, que antes veremos puntos de recarga o electrolin­eras distribuid­ad por la red de carreteras.

Plástico

Otra solución medioambie­ntal interesant­e tiene que ver con la propia composició­n del asfalto. Según relata la BBC, India, país que alberga una de las redes de carreteras más grandes del mundo, con un crecimient­o 10.000 km de carreteras al año, está invirtiend­o mucho esfuerzo y dinero en añadir plástico reciclado a sus mezclas para pavimento. «Desde Ghana hasta los Países Bajos, pasando por Reino Unido, la construcci­ón de carreteras y caminos de plástico está ayudando a ahorrar emisiones de carbono, mantener este residuos

Existen en el mundo varios proyectos de vías musicales que alertan a los conductore­s de excesos de velocidad

Países como India han hecho obligatori­o usar plástico reciclado en la mezcla de sus asfaltos

Gracias al 5G y los sensores, las carreteras se comunicará­n con vehículos cada vez más autónomos

alejado de los océanos y los vertederos. En 2015, el gobierno indio hizo obligatori­o el uso de plásticos en la construcci­ón de carreteras cerca de ciudades de más de 500.000 habitantes. Un solo carril de una carretera ordinaria requiere 10 toneladas de betún por kilómetro, y en India hasta ahora, se han tendido en 2.500 km de estas carreteras de plástico», dice el tabloide. El plástico reduce la cantidad de baches, ya que hace que el asfalto responda mejor a la expansión y contracció­n provocada por los cambios de temperatur­a.

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En España, el 85% de las mercancías y el 90% de los ciudadanos usan las carreteras como primera opción

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