Puente de plata

Se va del gobierno el machoalfa de la misma manera en que llegó: con un mitin. Un video mitinero, en este caso, para airear sus presuntos logros como vicepresidente, que en realidad no han existido. De esta forma, Iglesias le echa un pulso a la Junta Electoral, que advirtió de la ilegalidad de usar el despacho ministerial para hacer campaña en Madrid, después de que llamara criminal a la derecha y le deseara la cárcel a Ayuso. Una pequeña tontería. A Iglesias se le perdona todo porque es de izquierdas y comunista, y en España sólo está mal visto ser de derechas o parecerlo.

De manera que, sí, siendo estalinista como el exvicepresidente puedes permitirte el lujo de amañar las primarias (VozPopuli dixit), comprarte una mansión pese a haber dicho que jamás abandonarías el pisito de Vallecas, amasar en tiempo récord un patrimonio de más de un millón de euros, o utilizar como niñera a una de las personas que cobra como alto cargo en el Ministerio de tu mujer.

Puedes hacer todo eso y tener coche oficial, chófer y un montón de escoltas pese a no hacer nada, pues nada ha hecho salvo crearle problemas a Sánchez, abroncar a la Montero, pelearse con Escrivá, dejar en evidencia a Calviño y chulearle competencias a Ábalos. Y es que para chulo, Iglesias. ¿Alguien podía pensar que por estar en el Gobierno iba a dejar de zaherir al Rey y diciendo que la democracia en España es de baja calidad?

Iglesias no sabe gestionar. Lo suyo es adoctrinar. Circulaba ayer por las redes un vídeo donde desvelaba su estrategia: «Si ganan en Madrid (los socialistas), les brindo mi apoyo si me hacen director de la TV autonómica».

Puente de plata para Iglesias, dicen en Moncloa. El problema es que no sabemos dónde puede hacer más daño, si dentro del Gobierno o agitando la calle a través de los medios de comunicación.