Reencuentro con Emilia Pardo Bazán en su centenario
En su afán por hacer accesible a los nuevos públicos la mejor literatura de nuestros clásicos, LaJoven vuelve a recurrir a las efemérides, como ya hiciera con Galdós el año pasado, para llevar a los escenarios, en este caso, a Emilia Pardo Bazán, precisamente en el año en que se conmemora el centenario de su fallecimiento. Desde luego no parece sencillo el reto que ha asumido la dramaturga Irma Correa de convertir en obra teatral «Los pazos de Ulloa», una novela compleja y brillante que ejemplifica como pocas el atípico naturalismo que se cultivó en España, siguiendo, no de manera estricta, los postulados de Zola. Una novela en la que, según Correa, la autora gallega plasmó su «tétrica y siniestra visión de un lugar alejado de la urbe en el que imperan unas leyes restrictivas y alienantes que llevan a actuar, más como salvajes que como hombres, a todos los que viven en él. Sus actos, sus conductas, giran alrededor de una animalidad que muestra una violencia y una agresividad virginal». José Luis Arellano vuelve a colocarse al frente de una función que se titula «Ulloa», a secas, y que, según él, toma tres elementos fundamentales de la novela: «La política, la religión y la violación». A partir de aquí el director trata de establecer un diálogo con el pasado para intentar entender el mundo de hoy, «un mundo –dice– donde el tocarse es una total revolución, donde el sexo es un acto de rebeldía que provoca violencia; donde no hay un Dios al que girarse; donde no hay ideología política porque el sustrato capitalista y ultraconservador ha devorado cualquier aliciente de libertad».
Teatros del Canal (S. Roja). Desde hoy hasta el domingo. A partir de 9 euros.