El número de niños sin acceso a la educación crece un 20% por la COVID-19
La UNESCO advierte de que los países con bajos ingresos redujeron la financiación para la enseñanza un 65% en 2020
Un nuevo estudio de la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) muestra que habrá otros cien millones de niños más que quedarán por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura debido al impacto del cierre de escuelas que ha causado la COVID-19. Según dicho estudio, titulado «Un año después de la COVID: dar prioridad a la recuperación de la educación para evitar una catástrofe generacional», el número de niños que carecen de las competencias básicas de lectura se encontraba en una curva descendente antes de la pandemia, y se esperaba que pasara de 483 millones a 460 millones en 2020. Sin embargo, como consecuencia de la pandemia, el número de niños con dificultades de acceso a la educación se disparó hasta los 584 millones el pasado año, aumentando en más de un 20% y anulando los avances conseguidos en las dos últimas décadas gracias a los esfuerzos educativos.
La UNESCO explica que la escolarización se ha visto interrumpida durante un promedio de 25 semanas desde el comienzo de la pandemia debido a cierres totales o parciales de las escuelas. Se prevé que las pérdidas de aprendizaje aprendizaje sean mayores en la región de América Latina y el Caribe, y en Asia central y meridional. «La COVID-19 ha provocado la mayor interrupción de la educación de la historia. Mil millones de estudiantes en todo el mundo se quedaron sin ir a la escuela en 2020, el 90% de la población estudiantil. De ellos, un tercio no tuvo acceso a la tecnología para seguir las clases a distancia», explica Rocío Vicente, especialista de programas de UNICEF España. Igualmente, cerca de 369 millones de niños que dependen de los comedores escolares tuvieron que buscar otras fuentes de nutrición diaria.
El informe señala además que la vuelta a los niveles de escolarización anteriores a la pandemia podría llevar una década. «Partíamos de una crisis en la educación que la COVID ha agravado. 200 millones de niños no asistían ya a la escuela y en muchos países existía además una baja calidad de la educación. Significa que al salir de la escuela muchos niños no contaban con las competencias de educación básicas», añade Rocío Vicente.
La UNESCO advierte de que la recuperación podría ocurrir antes de una década, ya incluso en 2024, si se realizan esfuerzos excepcionales para ofrecer clases de recuperación y estrategias de puesta al día. Una labor difícil teniendo en cuenta los nuevos datos de una encuesta conjunta realizada por este organismo y UNICEF, que señalan que solo una cuarta parte de los alumnos se beneficia de esas clases de recuperación. «La merma del aprendizaje va a ser mayor de lo que esperábamos por la pérdida de habilidades que ha traído el cierre de las escuelas y que aún no se han recuperado. Además la pandemia está provocando una desigualdad en la educación. Los niños con un nivel económico mayor no se han visto tan afectados por el cierre de escuelas como los alumnos con ingresos inferiores y sin acceso a la tecnología», señala Vicente.
La UNESCO destaca el esfuerzo de los países por manterner las escuelas abiertas, al menos parcialmente. Sin embargo solo están totalmente abiertas en apenas la mitad de los países del mundo (107 países), principalmente en África, Asia y Europa, y atienden a 400 millones de alumnos de preescolar a secundaria. Mientras que las escuelas permanecen cerradas en 30 países, lo que afecta a unos 165 millones de alumnos. En 70 países, están parcialmente abiertas y en algunas regiones, para ciertos grados, o con asistencia presencial reducida. Estas condiciones afectan a dos tercios de la población estudiantil mundial, a casi mil millones de alumnos.
En un esfuerzo por fomentar la colaboración internacional y garantizar que la educación nunca se detenga, la UNESCO está desarrollando una serie de iniciativas que incluyen la supervisión global de los cierres de las escuelas a nivel nacional y local. Asimismo, en marzo de 2020, este organismo inició la Coalición Mundial para la Educación COVID-19, una alianza multisectorial entre el sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y los asociados de TI (Tecnologías de la Información) para diseñar e implantar soluciones innovadoras. Juntos, ayudan a los países a abordar las lagunas de contenido y conectividad, y a facilitar las oportunidades de aprendizaje inclusivo para los niños y los jóvenes durante este período de alteración educativa repentina y sin precedentes. Al menos 400 millones de alumnos y doce millones de profesores se benefician directa o indirectamente de las acciones de la Coalición, entre otras cosas mediante el acceso a plataformas en línea de reciente creación, recursos educativos, planes de estudio digitalizados y formación.
La UNESCO avisa de que para mitigar el abandono escolar y las pérdidas de aprendizaje, es preciso dar prioridad a la educación. Sin embargo se calcula que el 65% de los gobiernos de los países de bajos ingresos redujeron la financiación para la enseñanza, frente al 35% de los países de altos ingresos. Las medidas fiscales también podrían inyectar más recursos a la educación, pero en los paquetes de estímulo fiscal solo se destina un 2% a este sector.