«LAS CIUDADES SE DISEÑARON POR UNA SOCIEDAD DE HOMBRES QUE IBAN EN COCHE»
AGaudíAGaudí lo mató un tranvía en 1926. El progreso. Acababa de inaugurarse un primer tramo del metro en Barcelona y las calles empezaban a estar atestadas de coches y peatones que se abrían paso en aquel bullicio de chatarra y bocinas, también de carros tirados por animales. Las ciudades soportan el paso del tiempo sedimentando palacios y barracas, pero lo que no pueden digerir es borrar toda la historia hasta llegar de nuevo al burgo medieval lleno de gentes rascándose las pústulas, pero felices. Colau dice que «las ciudades se diseñaron por una sociedad patriarcal del hombre blanco que iba en coche». Le faltó decir: y dispuestos a tragarse un atasco en el Cinturón del Litoral amaneciendo el día para ir a una cadena de montaje de automóviles. Es decir, Barcelona la inventó un montón de blancos que tenían la funesta manía de madrugar y pagar a plazos un 127 fabricado en la Zona Franca. Colau se ha propuesto erradicar el coche en el Eixample, que es la zona donde se aplicó una planificación racionalidad para frenar la imaginación de sus gobernantes, incluida la de ella misma con ese «urbanismo táctico» de abrir carriles de colores, llenar los chaflanes de extraños objetos –bolas, maceteros, mobiliario indescriptible–, terrazas de bares entre bloques de hormigón y más dibujos... Un parque de recreo para una sociedad infantilizada montada en patinete que ya no sabe ni pasear sola. Es lo que corresponde a esa nueva clase social que cree que una ciudad, una gran ciudad, es una guardería.