Fidel Albiac: trabajó su silencio en las clases de Derecho
En unos años, el marido de Rocío Carrasco será Doctor en Derecho y habrá hecho su tesis sobre la vulneración de los derechos fundamentales. LA RAZÓN cuenta (parte de) su desconocida historia
su madre». Durante años, la familia Mohedano y el propio Antonio David han trazado una imagen dura del marido de Carrasco. Culparon al letrado de ser quien «manipulaba» a Rocío, quien estaba detrás de sus decisiones más polémicas y le señalaron como el responsable del alejamiento de hija de Jurado del resto de la familia. Antonio David en una de sus apariciones en «Sábado Deluxe» llegó a afirmar que «a Fidel desde un primer momento mis hijos le han estorbado en su relación». Aunque era consciente de que Fidel es abogado y podría demandarle, Antonio David no tenía freno televisivo. «Tuve una llamada de teléfono de Albiac que llegó hasta a intimidarme. Es curioso porque, en el trato cara a cara, es todo lo contrario, es un tío encantador, que te cuenta un chiste y te ríes con él», contó y también reveló que, durante años, él estuvo ingresando la pensión de sus hijos a una cuenta que estaba a nombre de Albiac.
Maria Patiño publicó que Fidel había nacido en Tarifa (Cádiz) un 14 de febrero, pero Rocío misma aprovechó una de sus últimas visitas a plató para desmentir esa información, incidiendo así en la cantidad de bulos que circulan sobre su marido, al que ella llama cariñosamente «Gordi» y él se refiere a ella como «Ro». Lo cierto es que Fidel ha vivido siempre en un barrio de clase media de Sevilla. Es hijo único y sus padres se separaron cuando solo tenía 10 años. Perdió el contacto con su padre cuando éste se fue a vivir a Estados Unidos. Fidel creció solo con su madre, enfermera de profesión, en el vecindario hispalense de Tiro de Línea. Al igual que Rocío, Fidel no fue un buen estudiante, aunque terminó el Bachillerato en el Instituto de Educación Secundaria Nervión de Sevilla. Tras hacer el Servicio Militar, intentó opositar sin éxito para los Cuerpos de Seguridad del Estado. Durante un tiempo fue conductor de ambulancias, donde trabajó hasta que tuvo un accidente. Se le conocen dos relaciones sentimentales previas, con Elizabeth Martín y Rocío Mestre, hija del peluquero de Rocío Jurado.
Maraña judicial
Albiac se propuso ser abogado antes de pasar por el altar con la hija de la Jurado. Primero porque descubrió una profesión que le gustaba y segundo para enterarse por sí mismo de la maraña judicial en el que a menudo se veía inmerso. Primero, tuvo que sacarse el acceso a la universidad para mayores de 25 años y una vez aprobado el trámite, se lanzó a estudiar Derecho aprovechando la versatilidad que ofrecía la Universidad a Distancia de Madrid. Actualmente está colegiado y colabora con el letrado Javier Vasallo, especializado en Penal. Vasallo no es un abogado cualquiera. Es el defensor de Francisco Granados, en el marco de la trama Púnica, en 2017, y que también ha tenido entre sus clientes a Álvaro Pérez, conocido como «El Bigotes», uno de los nombres clave de la Gürtel. En octubre del año pasado también fue noticia al asumir la defensa de Sergio Ríos Esgueva, chófer del que fuera tesorero del PP, Luis Bárcenas en el marco de la Operación Kitchen. La que escribe conoció a Albiac en los juzgados de Plaza Castilla, donde el sevillano estaba haciendo sus prácticas de abogado. Albiac sigue vinculado con el despacho de Vasallo y descarta montarse por su cuenta, porque se siente cómodo en el bufete de su mentor profesional. Además administra el patrimonio familiar y es representante de su mujer al tiempo que hace sus cursos de doctorado. No tiene aún clara de qué irá su tesis pero sabe que girará en torno a la vulneración de los derechos fundamentales. Mientras barrunta en qué universidad hacerla, lo único que tiene claro es que no tiene que inventarse el caso práctico.