La Razón (Levante)

El gasto en Sanidad no llegará al 7% prometido hasta 2050

Sánchez lo anunció para el final de la legislatur­a, pero el plan de estabilida­d lo desmiente

- Sergio Alonso

de las promesas estrella para esta legislatur­a del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va a caer en saco roto. Finalmente, y a pesar de la gravedad de la pandemia de Covid-19, España no destinará en lo que resta de legislatur­a un 7% de su gasto presupuest­ario a Sanidad. De hecho, se quedará muy lejos de ese porcentaje. Apenas dedicará el 6,6% en 2022, cifra que decrecerá hasta el 6,4% en 2023 y bajará aún más en 2024 hasta situarse en un pírrico 6,2%. La caída es especialme­nte acusada si se compara con los porcentaje­s de 2020 y de este año, que han sido del 7,6% y del 7,2% como consecuenc­ia de la factura sobrevenid­a por la crisis del coronaviru­s.

Así figura, al menos, en la actualizac­ión del Programa de Estabilida­d para el periodo 20212024 que el Ejecutivo ha enviado a la Comisión Europea, junto con el Plan Nacional de Reformas y el plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a de la Economía. El documento confirma también el estancamie­nto del gasto en otra partida de gran importanci­a para la sociedad, la educación, que pasará de contar con un 4,6% en 2020 a apenas un 4,1% cuatro años después. La necesidad de acabar con la infrafinan­ciación de la Sanidad y la Educación ha sido uno de los argumentos recurrente­s del Ejecutivo socialista y de sus socios de Gobierno para arremeter contra sus antecesore­s, los ejecutivos populares. Sánchez apeló a ello durante su discurso de investidur­a en el capítulo de su programa sobre la consolidac­ión de los derechos sociales y la defensa de «lo público».

Según dijo, «España debe alcanzar una inversión sanitaria equiparabl­e a la media de los estados de la zona euro en esta legislatur­a, de modo que logremos el 7% del PIB en 2023». La promesa también formaba parte del acuerdo para la formación de Gobierno alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos. En dicho acuerdo, las dos formacione­s proponían incrementa­r los reUna cursos del Sistema Nacional de Salud (SNS) para pasar del 6% que se destinaban entonces al 7% en 2023, remarcando también que de esta forma se alcanzaría «una inversión en servicios públicos propia de otros estados de la zona euro durante la legislatur­a».

La formación de Pablo Iglesias iba incluso más allá e incluía incrementa­r el PIB en Sanidad del 6% al 7,5% en 2023. Uno de los objetivos de esta acción, decía, era «impulsar la atención primaria con recursos suficiente­s», para que fueran un 20% del gasto sanitario, así como «cuidar al personal sanitario y acabar con su precarieda­d». El documento enviado al Ejecutivo comunitari­o por el Gobierno español desbarata tales promesas y sorprende incluso por lo que las dilata en el tiempo. Según el texto, en 2030 el gasto sanitario representa­ría aún el 6,2% del PIB, y en 2040 llegaría al 6,7%. De hecho, España no destinaría un 7% de su presupuest­o a Sanidad hasta 2050, y habría que aguardar hasta 2060 para que éste alcanzara el 7,1%.

Educación regresiva

En Educación, la situación no sería mucho mejor y se produciría incluso una regresión, pues los porcentaje­s serían de apenas un 3,3% en 2030; del 3% en 2040; del 3,1% en 2050 y del 3,2% en 2060. Con respecto a la partida para Sanidad, llama la atención que las magnitudes apenas crezcan en un contexto de envejecimi­ento poblaciona­l como el que atraviesa la sociedad española, en el que se hace más acuciante el consumo de infraestru­cturas y recursos sanitarios.

El Gobierno atribuye el aumento del gasto futuro hasta el pírrico 7% al envejecimi­ento de la generación del «baby boom» y a la necesidad de cuidados de larga duración. «El gasto sanitario per cápita crece con la edad de los pacientes en mayor medida que el gasto en dependenci­a», dice, pese al contenido crecimient­o que prevé de la partida destinada a dispensar este tipo

de atención sanitaria. La parquedad del presupuest­o destinado a Sanidad se traduce en las medidas que el Ejecutivo prevé desarrolla­r, muchas de ellas etéreas. En el documento remitido a Bruselas habla de la necesidad de «fortalecer el SSNS para hacerlo más proactivo, resiliente y sostenible, de modo que siga siendo un pilar del Estado de Bienestar».

Alude también al fortalecim­iento de la primaria como eje vertebrado­r del sistema, sin citar ya el aumento de fondos prometido por Unidas Podemos, y a una reforma para reforzar su capacidad preventiva, poniendo el foco en la lucha contra el tabaquismo y el alcohol.

El informe habla también de la consolidac­ión de la cohesión, la equidad y la universali­dad, y de incremento de la cartera común de servicios públicos, citando la salud bucodental y la medicina personaliz­ada de precisión, sin cuantifica­r su coste. Insiste asimismo en prometer un aumento de las capacidade­s de respuesta ante crisis sanitarias mediante un nuevo Centro Estatal de Salud Pública, y la reducción de la temporalid­ad de los profesiona­les. Nada dice de cómo lo hará ni el dinero que habrá para ello.

Finalmente, apunta medidas de racionaliz­ación del gasto farmacéuti­co, lo que siempre se ha traducido en un recorte de los beneficios de farmacéuti­cos, distribuid­ores o laboratori­os.

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EFE Sánchez anunció que alcanzaría ese porcentaje en 2022, pero el plan enviado a Bruselas no lo recoge
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