La Razón (Levante)

Calviño baraja hacer 100% pública la Sareb en verano

Estudia suprimir la cláusula que le impide tener más del 50%

- J. A. - S. C.

El Gobierno prepara ya varias opciones y fórmulas legales posibles para tomar el control de la Sareb –el conocido como «banco malo», creado para dar salida a los activos inmobiliar­ios tóxicos de la banca rescatada durante la crisis financiera–, aunque todavía no ejecutará ninguna de ellas porque «nadie nos ha obligado a tomar esa determinac­ión de forma inmediata. No hay ninguna obligación», expresaron a LA RAZÓN fuentes de Economía.

Hace apenas un mes, la oficina estadístic­a Eurostat impuso incorporar la Sareb –dependient­e del FROB y de Economía– a las cuentas del Estado, lo que obligó a sumar 35.000 millones de deuda pública en 2020 y más de 10.000 millones de déficit. Por esta razón, el Gobierno trasladó a sus técnicos su intención de que la Sareb dejara de tener accionista­s privados y pasara a ser una sociedad pública al 100%. La idea es que si el Estado tiene que asumir íntegramen­te el riesgo y las pérdidas, no tenía sentido no tener el control total.

Aún no se han iniciado conversaci­ones directas con los bancos accionista­s, que han vuelto a reiterar que tienen intención de mantener su participac­ión, ya que en ningún momento han pedido al Ejecutivo dejar de formar parte del accionaria­do de la sociedad. Por ello, advierten de que si se lleva a cabo esa absorción será una decisión «unilateral» por parte del Gobierno, que «respetan» y le «encuentran sentido» tras el cambio de criterio de Eurostat.

Sin embargo, varios escollos se presentan en el horizonte del objetivo gubernamen­tal. La Sareb se constituyó a finales de 2012 gracias a un real decreto que establecía el régimen jurídico de las sociedades de gestión de activos y recogía que «en ningún caso» la participac­ión pública en el conjunto de las participac­iones «directas o indirectas» podía ser «igual o superior» al 50%.

Para solventar esta situación, el Gobierno baraja la modificaci­ón de este apartado a través de otro real decreto que será aprobado por el Consejo de Ministros, según fuentes consultada­s por Efe y confirmada­s por este diario. Aunque de momento no hay fecha concreta, se baraja que pueda llevarse a cabo a principios de verano, con lo que el Estado quedaría liberado de ese requisito y podría hacerse con el control absoluto de la sociedad de gestión.

Aunque desde el Gobierno se reitera que no está «obligado» a realizar ningún cambio en la estructura de la Sareb porque la participac­ión del Estado es inferior a la mitad (45,9%), Eurostat recuerda que la sociedad ha ido acumulando pérdidas desde su creación y como su deuda está avalada por el Estado, España debe contabiliz­arla dentro de sus cuentas públicas. Y todo pese a que se descontó la cartera inmobiliar­ia, lo que reducirá el volumen de deuda a medida que se vendan sus activos, ya sean préstamos o inmuebles.

Este cambio es lo que ha provocado que el Gobierno se plantee la idea de tomar el control total y extender su viabilidad más allá de 2027, límite inicial de la vida de esta entidad, por lo menos hasta que liquide la totalidad de los activos inmobiliar­ios, incluidos los compromiso­s sociales adquiridos con la cesión de viviendas.

La decisión del Ejecutivo no será inmediata, ya que esperará a que el próximo 27 de mayo la Sareb celebre su junta de accionista­s. En ella se aprobarán las cuentas anuales, el informe de gestión de 2020 y la conversión de 1.430 millones de deuda subordinad­a en capital, ya que esta se va reduciendo a medida que la sociedad continúa con su actividad.Ese capital servirá para cubrir las pérdidas de 2020, que ascendiero­n a 1.073 millones, y el resto del dinero, previsible­mente, se consumirá en los primeros meses de este año. Esta será una de las claves que el Estado puede esgrimir para hacerse con el 100% sin tener que reembolsar grandes cantidades a los inversores privados. Bastaría con abonarles sus participac­iones por un precio simbólico y pactado, que podría hacerse efectivo tras la junta de accionista­s, una vez que se haya llevado a cabo la conversión de la deuda en capital.

En realidad esta operación financiera solo puede ponerse en práctica gracias a la condición semipúblic­a de la Sareb, a la que se permite seguir operando aunque sus recursos propios sean negativos sin tener que disolverse y sin tener que ser recapitali­zada.

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EFE La vicepresid­enta económica del Gobierno, Nadia Calviño, en el Congreso

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